Sin acuerdo para prorrogar el alquiler de los Leopard

A dos semanas de que expire el contrato de alquiler de los 108 carros de combate Leopard de segunda mano que el Ejército alemán cedió al español en 1995, los dos Gobiernos están muy lejos de llegar a un acuerdo para su prórroga. Las reuniones celebradas hasta ahora por representantes de los respectivos ministerios de Defensa sólo han servido para constatar las diferencias.

España quiere renovar el contrato en las mismas condiciones y mantener el precio político de 800.000 pesetas anuales por cada carro, si acaso con un ligero incremento, pues considera que no se trata de un alquiler comercial sino de una cesión ligada a la fabricación de los nuevos Leopard por parte de Santa Bárbara.

Alemania, por el contrario, cree que no hay ninguna razón para mantener el trato generoso dispensado entonces -sobre todo, después de que el Gobierno español optara por vender Santa Bárbara a General Dynamics en perjuicio de sus rivales germanos-, por lo que quiere acercar el alquiler al coste real, que desde su punto de vista es hasta 25 veces superior al actual.

Estaba previsto prorrogar el contrato de alquiler en noviembre pasado, cuando se cumplieron cinco años desde la llegada a España del primero de los 108 carros. Sin embargo, ambos Gobiernos acordaron interpretar que el contrato no acababa hasta junio, al cumplirse cinco años de la entrega del último. Paralelamente, José María Aznar accedió a la petición del canciller Gerhard Shröder de dejar en suspenso la venta de Santa Bárbara a General Dynamics, lo que hizo durante seis meses.

De acabar junio sin haberse alcanzado un acuerdo, el Ejército español debería devolver los 108 carros que constituyen la punta de lanza del arma acorazada. Se trata de una hipótesis muy poco probable, ya que supondría un muy serio deterioro en las relaciones entre los dos países. Para evitarlo, ambos Gobiernos negocian contra reloj.