Marrón

El pleno de las Cortes vivirá este jueves el cuarto de los debates 'de calado' preparados por el Consell, que no se sabe muy bien para qué sirven, pero que tienen una característica común: han sido montados aprovechando iniciativas de la oposición debidamente pirateadas. Desde luego, no han servido para aportar novedades, ya que, salvo el dedicado a los transportes -que, ése sí, ofreció al menos un esbozo de futuros proyectos, aunque por su indefinición y su carencia de previsiones temporales y económicas mereció los calificativos de 'cuento de hadas' y 'carta a los Reyes Magos' por parte de la oposición-, los demás debates han versado más sobre el pasado que sobre el futuro. Así sucedió con el primero, sobre financiación autonómica, y otro tanto pasó con el segundo, dedicado a la televisión valenciana. El de este jueves, sobre la función pública, se presenta incierto y viene precedido por la polémica. La propuesta de hacer fijos nada menos que a 25.000 interinos que lanzó la semana pasada Eduardo Zaplana -ese 'gran empresario', como le ha calificado recientemente Julio Iglesias, no se sabe si por haber alcanzado el billón de deuda o por los hábiles contratos y los pagos en paraísos fiscales ordenados para retribuir los servicios prestados por el cantante- causó revuelo inicialmente y levantó grandes expectativas entre los afectados, pero se ha desinflado después al revelarse imposible desde el punto de vista legal. Si el consejero Carlos González Cepeda, una vez superada la primera sorpresa que se llevó cuando se enteró de que tenía que preparar un debate 'de calado' sobre el asunto, había llegado a esbozar algo, poco después se encontró con que un conejo que el presidente del Consell se sacó de la manga y que le ha revolucionado todo el corral le echaba por tierra parte del trabajo. Así, se comprueba que el pirateo no es la única característica común de estos debates: otra es el humo, ya que más bien parecen organizados para aparentar una iniciativa política que no existe. Y hay una tercera: la ausencia del presidente en todos ellos, ya que Zaplana, de viaje en Estados Unidos, tampoco estará en el de pasado mañana que, eso sí, tiene una singularidad: el consejero se comerá un considerable marrón.