Retrasos y cancelación de vuelos civiles en Manises y L'Altet durante la exhibición aérea en Alicante

La exhibición aeronaval que ofrecieron las Fuerzas Armadas en Alicante el sábado por la mañana se convirtió en un auténtico espectáculo de masas. Miles de ciudadanos disfrutaron de la precisión milimétrica de las evoluciones de la Patrulla Águila, con base en San Javier (Murcia), de un Mirage, de un avión cisterna y de varios helicópteros.

Pero la fiesta de la aviación militar coincidió con una jornada negra para la aviación civil. Los aeropuertos de Manises, en Valencia, y L'Altet, en Alicante, sufrieron un auténtico caos. Algunos vuelos acumularon retrasos de hasta seis horas cuando no fueron cancelados. Ningún portavoz oficial admite que la exhibición aérea provocara efectos colaterales, pero esa fue la excusa que trasladaron las azafatas de vuelo a los pasajeros que esperaban horas en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, para viajar hasta Manises.

Un portavoz de AENA explicó que la hora de máxima concentración de tráfico en L'Altet coincidió con la exhibición aérea y aludió a la 'casi total saturación de la plataforma de estacionamiento de aeronaves' en el aeropuerto alicantino, donde se posaron dos aviones Falcon y un Boeing 707 que trasladaron a los miembros de la familia real y al ministro de Defensa.

Setenta vuelos registraron retrasos en L'Altet a lo largo de toda la jornada y se produjo una 'masificación extraordinaria de pasajeros' que, sin embargo, no requirió adoptar medidas especiales. Los retrasos fueron atribuidos a la baja de un controlador aéreo en Manises.

El responsable de operaciones de Manises, por su parte, atribuyó los retrasos a problemas en las 'rotaciones' de los vuelos, es decir, a una acumulación de retrasos en trayectos previos. Al menos un vuelo tuvo que ser cancelado y los retrasos llegaron a tres horas.