'Adelante, pase sin llamar'

Uno de los seis integrantes del Tribunal de Conflictos, José Luis Manzanares, participará hoy en las deliberaciones pese a su interés directo en el caso. En su libro Desde el banquillo, Liaño cuenta que se le ofreció como testigo para explicar al Supremo que era 'imposible' que hubiera prevaricado:

'Acabo de colgar el teléfono después de casi media hora de conversación. He hablado con José Luis Manzanares. Me ha llamado para saber cómo estoy de salud y de ánimo. También me ha preguntado por mi asunto en el Supremo. (...)

José Luis Manzanares, con exquisita prudencia, me ha ofrecido su particular punto de vista, nada optimista, y con medido respeto hacia quienes fueron colegas suyos, me expone sus reservas acerca del sentimiento que de la función de juzgar pueden tener Enrique Bacigalupo y Gregorio García Ancos. Me dice que quizá la solución esté en que el asunto se vea por el Pleno de la Sala o por una Sala de cinco magistrados que disipe las razonables dudas de parcialidad de esos dos magistrados.

La conversación ha dado mucho más de sí (...) Pero de la llamada, lo más importante para mí ha sido el gesto de José Luis, pues no estaba obligado al detalle que ha tenido, aunque, bien pensado, la verdad es que, a pesar de su aparente aspereza, en el fondo guarda su lado más vulnerable: un corazón abierto y generoso.

Con José Luis Manzanares coincidí en el Consejo General del Poder Judicial. Él era vicepresidente y fueron bastantes las veces que discrepamos, aunque frecuentes también los lances en que nos presentábamos juntos. Por ejemplo cuando se trataba de proteger la independencia de un juez atacado desde las altas esferas por un partido o agrupación política. (...) Naturalmente, la actitud que ha tenido conmigo define su vocación por la amistad (...)

Otra de las cosas de José Luis Manzanares (...) fue el magnífico ejemplo que dio absteniéndose de formar parte del tribunal del caso GAL. Lo mismo que entonces pensé, me parece una gran lección de ética judicial hacia otros compañeros que tenían o tienen igual o mayores motivos para alejarse de asuntos en los que sus posiciones son claramente conocidas. (...)

José Luis Manzanares, antes de colgar el teléfono, se ha despedido diciéndome que cuando llegue el juicio, él quiere ir de testigo.

-Pero ¿de cargo o de descargo?

-No sé nada ni de Sogecable, ni de Polanco, pero yo debo declarar que quien ama tanto a la Justicia es imposible que prevarique.

-Gracias.

José Luis Manzanares, a pesar de que tiene mal oído, casi siempre te comprende porque, además de conocer el oficio de juez al dedillo, en el umbral de su mente hay colgado un letrero que dice 'Adelante, pase sin llamar.'