El sexo del poder

El poder tiene sexo y es masculino. En las dos últimas décadas, la mujer ha multiplicado su presencia política, pero sigue estando a la zaga del hombre. No hay más que echar un vistazo a las estadísticas. Según el Instituto Andaluz de la Mujer, desde 1990 hasta ahora la representación femenina en el Parlamento ha pasado del 12,8% al 37,6%. Aunque la cifra supone el triple que hace diez años, las diputadas son poco más que un tercio de la Cámara. El PSOE es el partido donde la proporción está más equilibrada, con un 48% de mujeres. Le sigue el Partido Popular, con un 30% e IU, con un 16%. El Partido Andalucista no tiene -ni ha tenido en todos sus grupos parlamentarios- ninguna

En las corporaciones locales la relación también es abismal. En 1983 había en Andalucía 16 alcaldesas. En la actualidad ya son 60, es decir casi cuatro veces más. Pero pese a ese crecimiento, las regidoras apenas ocupan el 7,8% de los 769 ayuntamientos de la comunidad. El porcentaje es más algo alto entre las concejalas, que del 18,9% en la legislatura 1995-1999 han pasado al 24,2% en el período 2000-2004.

La tendencia ascendente de la mujer también se aprecia en los altos cargos de la Junta de Andalucía, que del 7,5% en 1982 ha pasado en la actualidad al 25,7%.