El Gobierno depura el censo de electores gallegos en el exterior para evitar fraudes

"El consulado de España en Buenos Aires me ha comunicado esta tarde que hay sólo 18 gallegos centenarios censados en el CERA [Censo de Residentes Ausentes], de los cuales sólo cinco se ha comprobado que están vivos, pero no se puede dar de baja a los otros 13 porque tienen la documentación en regla", aseguró ayer Carlos Carderera Soler, subsecretario de Asuntos Exteriores, que ocupa este puesto tras haber sido embajador en Argentina. A la pregunta de por qué la Oficina del Censo electoral tiene registrados 473 gallegos centenarios, Carderera respondió que "el censo se revisa permanentemente, pero en épocas preelectorales esa revisión se refuerza", y justificó que el Instituto Nacional de Estadística (INE), de quien depende el censo, no tenga aún esta información porque "no ha dado tiempo" de trasladarla. Pero subrayó que el "ajuste" se recogerá antes de las elecciones gallegas, previstas para octubre.

El consulado en Buenos Aires también ha rebajado el número de electores con edades comprendidas entre 95 y 100 años. Según Ignacio Lasa Iraola, consejero de Información de la Embajada de España en Argentina, "de los 1.307 electores comprendidos entre 95 y 100 años que constaban en el censo de Buenos Aires, después de la revisión quedan en el Registro de Matrícula del Consulado 141 electores". Es decir, de los 1.780 censados de 95 y más años en Buenos Aires, quedan sólo 159.

Carderera asegura que esa revisión del CERA no es "ni fácil ni automática". "La población gallega en Buenos Aires", explica, "es equivalente a la de A Coruña". Hay 243.134 habitantes en esa ciudad gallega, y 244.578 gallegos inscritos en el consulado de la capital bonaerense. "Y hasta el año pasado sólo había 45 funcionarios en el consulado para atenderles". Esa plantilla se ha reforzado con 10 personas: seis en 2000 y cuatro que se incorporaron en mayo. "Y no están todos para revisar el censo".

Baja voluntaria

Según Exteriores, el consulado está "inundado" de gente. La difícil situación económica que atraviesa Argentina hace que "desde las seis de la tarde" comiencen las colas para el día siguiente. "La gente renueva sus pasaportes, hace poderes, incribe a sus hijos...", y sólo "voluntariamente" se da de baja en el censo electoral. Esa voluntariedad es el principal argumento de por qué la revisión del CERA no es "automática". Los familiares de un residente en España, cuando muere, están obligados a darle de baja en el Registro Civil. Pero si es residente en el extranjero no hay tal obligación de darle de baja en el Registro de Matrícula de la oficina consular. Este detalle ayuda a explicar la longevidadde los gallegos del CERA. Carderera sostiene que "periódicamente" los consulados telefonean a los domicilios de los residentes más mayores. Si les comunican algún fallecimiento, piden que se registre esa baja. Si nadie atienda la llamada telefónica, el consulado envía una carta al domicilio de la persona que busca. Además, no puede dar de baja a quienes tengan su pasaporte en vigor. Así, aunque el consulado en Buenos Aires sólo ha encontrado cinco gallegos centenarios vivos, no puede dar de baja a otros 13 porque "tienen sus papeles en regla".

Cambios de domicilio

La revisión del censo de gallegos en Buenos Aires no se ha limitado, según Carderera, a los más ancianos. También se ha abierto expediente para investigar a quienes desde hace dos o más años no piden ningún papel al consulado, con la presunción de que pueden haber cambiado de domicilio y no lo han comunicado.

El ministro portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, aseguró ayer que el Ejecutivo ha abierto 1.780 expedientes sólo en Buenos Aires para revisar ese censo. Ese número de expedientes coincide exactamente con el de gallegos mayores de 95 años registrados en el CERA de Buenos Aires. Cabanillas dijo que el objetivo es "controlar" los problemas que puede tener el censo antes de las elecciones gallegas de octubre. Aseguró que para eso se ha "reforzado" la plantilla del consulado de Buenos Aires y se hará otro tanto en capitales con importante población gallega como Caracas y Montevideo.

Pese a la insistencia del Gobierno central en su voluntad de depurar el censo, desde la Xunta se advirtió ayer de que va a resultar casi imposible hacerlo antes de las elecciones. Fernando Amarelo, responsable de la Xunta para las relaciones con la comunidades gallegas, afirmó que la depuración del censo "no se puede hacer de la noche a la mañana" por las dificultades para comprobar los fallecimientos.