Galo Blanco deja sin respuestas a Sampras

El sol aún brillaba en París cuando Galo Blanco rompió los pronósticos. Pocos apostaban por él, pero se olvidó por completo de los malos momentos vividos el año pasado y logró una de las mejores victorias de su carrera. El asturiano, de 24 años, se impuso al estadounidense Pete Sampras (5º cabeza de serie) por 7-6 (7-4), 6-3 y 6-2 y rompió de esta forma una racha de derrotas consecutivas en el torneo de Roland Garros desde 1997, cuando se clasificó para los cuartos de final. Blanco puso además al descubierto todas las deficiencias del ex número uno mundial cuando juega en tierra batida.

'Simplemente, he ganado al mejor jugador de todos los tiempos. Pero es sólo una victoria más, una ronda más que supero, y que me obliga ya a pensar en mi próximo rival, el alemán Lars Burgsmüller ', enfatizó Blanco, 76º del mundo. Sin embargo, la expresión de su cara le contradecía. 'Es evidente que ganar a Sampras ha significado mucho', reconoció al final.

Esta victoria debe suponerle a Blanco un punto de inflexión en su carrera profesional. En mayo de 1998 alcanzó la 40ª posición en la clasificación, pero desde entonces fue descendiendo paralelamente a su falta de confianza: 'Hubo un momento, el año pasado, en que pensé que sufriendo tanto en los partidos no valía la pena seguir'.

Entonces, tomó una decisión trascendental: 'Cambié todo mi entorno'. Se separó de su entrenador, Àlex Mas, y pidió ayuda a la Federación Catalana, que le incorporó a su grupo de alta competición junto a Fernando Vicente y algunos júniors bajo la dirección de Álvaro Margets, Gabriel Urpí y el preparador físico Sebastián Santaeugenia: 'Lo más importante que me han aportado es confianza en mí mismo. Me han dicho que puedo llegar muy arriba. Y me lo creo. Cuanto mejor es el rival, y más importante el torneo, mejor. Ahora vuelvo a divertirme'.

La confianza de Blanco contrastó con la falta absoluta de convicción demostrada por Sampras. El juego del español fue tan sólido, variado y expeditivo en sus saques -sólo tuvo bolas de ruptura en contra en el último juego del partido y nunca perdió el saque-, en sus restos y sobre todo en sus passings -colocó 20- que Sampras acabó tomando conciencia de que no había hecho lo necesario para llegar en condiciones a París. Su compatriota Agassi lo corroboró luego: 'Pete es el mejor cuando puede decidir con un solo golpe. Pero aquí los puntos se ganan con más golpes, más lentamente. Y eso le cuesta'.

Aunque Sampras sigue afirmando que no renuncia a ganar algún día Roland Garros, no hace nada para lograrlo. Su temporada este año es deplorable: ha jugado sólo ocho torneos antes y no ganó ninguno. En tres perdió en la primera ronda. Y su balance en tierra batida es de tres victorias y tres derrotas. Muy inferior al de Blanco (11-7), uno de los dos que ha ganado a Juan Carlos Ferrero en tierra esta temporada.

'Creo que [Blanco] tuvo un poco de suerte en el desempate del primer set', comentó Sampras; 'pero después ha proseguido su escalada hacia la victoria, no como yo. Mentalmente, es un poco frustrante para mí: no sabía qué hacer, si subir a la red o jugar en el fondo'. Sampras no ha superado una segunda ronda de Roland Garros desde 1997.