Más de 300 mayores de 55 años cursan Humanas en la UPV

Una de las grandes deficiencias que arrastra la Universidad vasca en general, y la UPV en particular, es la falta de sintonía, o de mero contacto, con la sociedad a la que pertenece y a la que sirve, lo que provoca, en no pocas ocasiones, la falta de respuesta a sus demandas. La erradicación de estas disfunciones se ha transformado en una de las prioridades por parte de los dirigentes universitarios. Una realidad cada vez más evidente es el aumento contínuo de las personas mayores que han concluido su vida laboral activa, bien por la jubilación o por la prejubilación, o que han dedicado su vida a la atención de la casa y la familia. Su calidad de vida y su tiempo libre es mayor y también lo es el riesgo de monotonía y ausencia de ofertas lúdicas y culturales.

La UPV desea que una de sus opciones sea la de volver a ser, o comenzar a ser, estudiantes universitarios. Por eso, en el curso 1999-2000 puso en marcha en el campus de Vizcaya las Aulas de la Experiencia. A punto de concluir las clases del segundo año de funcionamiento, ya son cerca de 300 los alumnos mayores que acuden a las clases tres horas al día, de lunes a viernes, para conseguir, en el plazo de tres años, el título universitario en Ciencias Humanas a través de un sistema de enseñanza reglada a cargo de miembros del profesorado de la UPV.

Los requisitos que se exigen para poder inscribirse son: mayor de 55 años, jubilado, prejubilado o ama de casa y el pago de una matrícula anual de 55.000 pesetas. 'Tan sólo se debe contar con ganas, ganas de comenzar una nueva etapa de clases, libros y relación con nuevas personas y nuevas materias, ganas, en definitiva, de establecer contacto con la vida universitaria. La iniciativa está abierta tanto para aquéllos que no pudieron disfrutarla en su momento como para los titulados y tituladas que quieran incorporarse al mundo del saber', explica Juan Antonio Rivas, vicerrector del campus de Vizcaya.

'Contamos con personas que tienen ya en su haber dos carreras y con otras que apenas han podido estudiar en toda su vida', resalta María Jesús Alonso, administradora del campus de Vizcaya y coordinadora de las Aulas de la Experiencia.

Evaluación

El sistema de evaluación se basa en la presencia del alumno en clase. Si acude al 80% de las horas lectivas, aprueba el curso. No obstante, para conseguir subir la nota debe presentar trabajos escritos sobre las materias impartidas. La mayoría de ellas -Historia, Literatura, Lenguaje e idiomas- se encuadra dentro del área de Humanidades, aunque también existen asignaturas relacionadas con la salud, la medicina o la informática.

Cerca de 200 de estos 300 estudiantes acuden a diario al edificio que la UPV, en colaboración con la Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK) y la Diputación Foral de Vizcaya, ha rehabilitado para este fin en la calle Banco de España de Bilbao, un símbolo de una nueva faceta de la universidad a la que Rivas le augura una pronta consolidación. 'Esto no es una novedad en Europa. En países como Francia y Alemania, las primeras aulas de este tipo surgieron en los años 70 y ya están muy consolidadas. En España estamos dando los primeros pasos, y la UPV es una de las universidades que los está dando de manera más firme', señala.

El resto de los alumnos recibe sus clases en Guipúzcoa, en cuya capital dispondrán el curso que viene, gracias a un convenio similar al de Vizcaya, con un espacio propio. La vicerrectora del campus guipuzcoano, Frantziska Arregi, ve con buenos ojos el desarrollo de una iniciativa que reafirma el carácter social de la universidad. 'Antes se veía la universidad como el territorio de la elite. Ahora la universidad es más popular y en esa línea se insertan las Aulas de la Experiencia, que responden a una demanda muy real. Conozco a muchas personas que están pensando en la fecha en la que se van a jubilar porque quieren aprovechar ese tiempo para estudiar lo que el trabajo no les ha dejado', subraya.

Álava se sumará al comienzo del curso que viene a la iniciativa de la enseñanza reglada a mayores. En un principio, tiene previsto formar un grupo de 50 personas que, a diferencia de lo que ocurre en Vizcaya y Guipúzcoa, estarán dentro del propio campus. 'Nuestras instalaciones están muy cerca del centro de Vitoria. Queremos aprovecharlo para incluir a los futuros alumnos en ellas, que vean y que sean partícipes de la vida y ambiente universitario', explica el vicerrector de Álava, Antonio Rivera.