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Reportaje:Internacional | FÚTBOL

Chilavert, rey desde los 11 metros

El Estrasburgo gana la Copa francesa gracias a que su portero marcó un penalti y paró otro

Hay porteros con suficiente personalidad para ganar por sí solos una final en la tanda de penaltis. Es el caso de Kahn, del Bayern Múnich, que paró tres en la reciente final de la Liga de Campeones ante el Valencia. O el del ex zaragocista Chilavert, que paró uno, marcó otro y se proclamó el sábado, en el estadio parisiense de Saint Denis, campeón de la Copa de Francia. Su equipo, el Estrasburgo, venció en los penaltis al modesto Amiens, recién ascendido a la Segunda División. Una muesca más en la fabulosa trayectoria del provocador arquero paraguayo, de 35 años, que sigue sumando historias para contar.

En ésta dirá que llegó a Francia en noviembre de 2000 procedente del Vélez Sarsfield, argentino; que recibió 1.000 millones de pesetas por su traspaso, y que aterrizó en un club desahuciado -propiedad de una multinacional estadounidense de los derechos televisivos-, con el que descendió a Segunda, sí, pero ganó un título a última hora: la Copa francesa. Gracias a él, por supuesto, que sigue siendo el rey de los penaltis.

Atrás quedaron sus problemas de sobrepeso -llegó con diez kilos de más-, su eventual suplencia como castigo por su indisciplina y el vacío que le hicieron sus compañeros, en contra de sus privilegios.

Ahora Chilavert, satisfecho por el nuevo título, dice sentirse feliz y asegura que querría continuar en el Estrasburgo a pesar del descenso. Otra cosa es que el club alsaciano pueda seguir pagándole su elevada ficha. A Argentina no le conviene volver de momento: pesa sobre él, desde noviembre, una inhabilitación de 13 meses sin poder pisar un campo por haber agredido supuestamente a un empleado del Gimnasia y Esgrima de la Plata. El Peñarol de Montevideo está interesado en contratarlo.

Chilavert sigue engordando su leyenda. Salió de Argentina con 59 goles marcados y traspasó en Francia la barrera de los 60. Todos de faltas o de penaltis. Sobre todo, desde los 11 metros. Un especialista. Dispara a romper con la zurda: fuerte y ajustado. Al portero de turno, al que Chilavert tanto conoce, no le da tiempo ni a pestañear. Ve la pelota dentro. Así le marcó tres goles en un mismo partido al Ferrocarril Oeste en 1999.

Tras debutar en la Primera División paraguaya con 15 años, en el Sportivo Luqueño, Chilavert se fue al Guaraní y al San Lorenzo de Almagro. Tuvo un frustrante paso por el Zaragoza y recaló en el Vélez de Carlos Bianchi, con el que ganó la Copa Libertadores y la Intercontinental en 1994. Y se convirtió en el mejor del mundo en 1995, 1996, 1998 y 1999.

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