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Los grupos políticos de México piden al Gobierno que frene la compra de Banamex

Los detractores de la operación exigen que el banco devuelva 675.500 millones de pesetas

Juan Jesús Aznárez

El Banamex es desde el pasado martes el primer banco mexicano. La adquisición por parte de Citigroup, primer grupo financiero de EE UU, que pagó 2,3 billones de pesetas por la entidad, desbancó al BBVA Bancomer del primer puesto y lo colocó a la cabeza en número de activos. Sin embargo, la operación ha desatado las iras de los mexicanos, que reclaman que este banco devuelva 3.500 millones de dólares (675.500 millones de pesetas) a cuenta de la inyección de ayuda oficial que recibió entre 1994 y 1995.

'El robo del milenio', afirmó Carlos Imaz, dirigente opositor, al valorar la compra efectuada por el Citigroup. De autorizarse la transacción, señalan sus críticos, sus beneficiarios recibirían del presupuesto público, sólo por intereses, el equivalente a 500 millones de dólares anuales (96.500 millones de pesetas), mientras que las ganancias de los accionistas de Banamex alcanzarían en torno a los 8000 millones de dólares (154.400 millones de pesetas).

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El también opositor Andrés Manuel López Obrador, jefe del Distrito Federal (sede de la alcaldía de Ciudad de México) y segundo cargo público del país después del presidente, envió una carta al jefe de Estado, Vicente Fox, instándole a que condicione la operación al pago por los accionistas de cerca de 3.500 millones de dólares por impuestos sobre la renta y por las ganancias obtenidas.

Obrador dijo disponer de información sobre maniobras 'al más alto nivel', para que los 12.500 millones de dólares que pagó Citigroup queden exentos del pago del impuesto sobre la renta, actualmente establecido en una tasa del 40%. 'Representaría un verdadero atraco a la nación', advirtió al presidente.

La Comisión Permanente del Congreso ha acordado, por unanimidad de todas las fuerzas parlamentarias, incluido el partido gubernamental, citar a funcionarios del Ejecutivo, de la Comisión Federal de Competencia y de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para que respondan a las objeciones.

Deuda pública

La servidumbre del rescate que necesitó la entidad en 1994 pasó a convertirse, de hecho, en deuda pública a sufragar por todos los contribuyentes mexicanos. Banacci, mientras tanto, fue vendido a un precio 2,8 veces su valor en libros, cuatro veces el dinero invertido en la compra del banco al Estado en 1991, y para quedar limpio recibió hace seis años una cifra superior al capital contable de aquellas fechas, según varias investigaciones.

El coste del rescate, que está próximo ya a los 100.000 millones de dólares (19,3 billones de pesetas), hipoteca en buena parte los presupuestos de México, y suministra abundante munición política. Los directivos de Banamex niegan haberse apartado de las leyes mexicanas. El Fondo Bancario de Protección al Ahorro Bancario (Fobaproa), fideicomiso dependiente de la Secretaria (Ministerio) de Hacienda, se hizo cargo a partir de 1995 de las instituciones quebradas para evitar que los ahorradores perdieran todos sus depósitos.

Los bancos que no pudieron sobrellevar la crisis inyectando nuevo capital simplemente pasaron a manos del Fobaproa, y en los casos de los más importantes, esto es Serfín, Bancomer, o Banamex, los accionistas, según fuentes oficiales, aportaron parte del dinero necesario para seguir funcionando. El empresario Carlos Slim, sin embargo, negó ese extremo el 15 de mayo del pasado año: 'Con la crisis bancaria, Banamex fue el único banco en el que no se diluyeron los accionistas, ni aportaron capital fresco nunca'.

Los dueños de Banamex vendieron al Fobaproa la cartera hipotecaria más complicada por aproximadamente 3.500 millones de dólares, actualmente en los pasivos del rescate bancario. Finalmente salieron a flote. Los analistas que defienden la operación subrayan que si el banco se fortalece aumentará la certeza de se abonará el pagaré del Instituto de Protección al Ahorro Bancario, el organismo que sustituyó al Fobaproa.

Estos mismos analistas defienden la inocencia de su primer accionista en cuanto a la situación financiera de la entidad. Según ellos, no procede culpar a Roberto Hernández, 'que administró Banamex con eficacia, de haber tenido éxito, mientras que Bancomer y Serfín no tuvieron más remedio que ceder el control de sus instituciones a (al BBVA y al BSCH) a un precio menos atractivo', so stiene la analista MariCarmen Cortés, del diario Milenio.

Sandy Weill (a la derecha), presidente de Citigroup, estrecha la mano a Roberto Hernández, tras la compra de Banamex.
Sandy Weill (a la derecha), presidente de Citigroup, estrecha la mano a Roberto Hernández, tras la compra de Banamex.AP

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