Los obispos de Brasil, contra los ataques de Cardoso a prensa y oposición

Se trataba fundamentalmente de las críticas al Gobierno por haber impedido que se creara en el Parlamento una Comisión de Investigación sobre la corrupción política que podría haber salpicado al mismo presidente, por las críticas hechas ante la falta de energía que va a obligar al país a hacer grandes sacrificios para ahorrarla y daños a la economía (se habla ya de que hasta octubre serían días de fiesta todos los lunes, además de los sábados y domingos) y todo lo que está ocurriendo en el Senado.

Ayer intervino en el debate la misma Conferencia Episcopal (CNBB) brasileña, que tiene mucha fuerza en este país, ya que suele conectar bien con la opinión pública y apoya a la oposición de izquierdas en las cuestiones sociales.

Ayer, el presidente de la Conferencia, el obispo Jayme Chemello, criticó las declaraciones de Cardoso, aconsejándole que callara. "Va a haber quien justifique el hecho de que él no quiera la Comisión de Investigación del Parlamento contra la corrupción porque también él está con problemas", afirmó el obispo.

A los obispos se ha unido el polémico gobernador de Minas Gerais, Itamar Franco, que ya ha anunciado que se presentará a las elecciones presidenciales el año que viene.

"Fariseísmo"Itamar, que es un enemigo político del actual presidente, dijo ayer que las declaraciones de Cardoso según las cuales la prensa y la oposición están trayendo de nuevo el fascismo al país "son un terrible fariseísmo". Y comentó: "Si no se juzga capaz de mantener la democracia, que se ponga el sombrero y se vaya".

Pero lo que más preocupa al Gobierno y al presidente Cardoso es lo que pueda decir en su discurso de renuncia al escaño de senador, anunciado para el miércoles próximo, el poderoso político de Bahía, Antonio Carlos Magalhães, quien ha declcrado que pronunciará "cosas duras".

Magalhães ha colaborado seis años codo a codo con Cardoso y con su Gabinete, a quien apoyó desde la derecha. ¿Querrá ahora vengarse por que le hayan dejado en la estacada?

Por lo pronto, la prensa publicó ayer el rumor de que el otro senador incriminado por haber violado el secreto del voto en el Senado, José Roberto Arruda, que renunció al escaño el miércoles pasado, había confiado previamente al actual presidente del Senado, Jader Barbalho, que lo que le dolía es que tuviera que salir cuando en realidad la lista de los votos secretos de los senadores en la votación del año pasado pidiendo la expulsión del senador Luiz Estevão "la conocía también el presidente Cardoso".

Las aguas andan, sin duda, revueltas políticamente en Brasil. Mientras, la gente tiene que apagar luces y electrodomésticos.