Maragall convive durante tres días con una familia de trabajadores en Cornellà
El matrimonio Medina acoge al líder del PSC
Juan Medina, de 49 años, ha sido desde el miércoles hasta anoche quien ha acogido a Maragall en su casa del barrio de Sant Ildefons. 'Al principio dije que no', asegura. Tanto él como su mujer, Mará Ángeles Martín, tenían que hablarlo primero con sus tres hijos, de 25, 23 y 17 años. No en vano uno de ellos forma parte del movimiento radical y no estaba claro cómo iba a tomarse eso de compartir mesa y mantel con el jefe de la oposición parlamentaria. Pero finalmente aceptaron el reto.
'No ha parado mucho en casa', asegura este trabajador y miembro del comité de empresa de Siemens. Por la mañana desayunaba con María Ángeles, que ha estado de baja estos días por culpa de una lumbalgia, y después se iba a recorrer la ciudad y visitar entidades. En estos tres días, además de inaugurar un nuevo local del PSC en Cornellà y visitar la Siemens, Maragall se ha reunido con estudiantes de secundaria y con miembros del colectivo de inmigrantes, tomó un café con comerciantes, hizo una parada en el bar Manolo y departió con la junta directiva de la peña Dominó.
El primer día, el matrimonio Medina Martín se llevó a Maragall de tapeo, algo muy típico en Cornellà por el gran número de ciudadanos de origen andaluz que reside en la ciudad, como el propio Juan Medina, que dejó Córdoba en 1964 para instalarse en esta localidad del área metropolitana de Barcelona, donde conoció a su mujer, originaria de Cáceres. Éste era precisamente uno de los requisitos que debía cumplir la familia que alojara a Maragall: que fueran personas de origen foráneo, que llevaran mucho tiempo en Cornellà, que estuvieran plenamente integrados en la sociedad catalana y que sus hijos hubieran nacido en Cataluña.
Por las noches, Maragall leía el libro del etarra arrepentido Soares Gamboa, escuchaba música con un walkman o veía la televisión. 'Vimos en casa los penaltis del partido Bayern-Valencia', dice Medina. También hablaban de sus respectivos hijos. 'A mi hija pequeña, que estudia canto y teatro, la animó para que siga haciéndolo', asegura el trabajador de Siemens. El líder socialista también utilizó el ordenador de la familia para transcribir unos apuntes antes de que su secretaria le llevara un portátil.
Hablar de política
Y también han tenido tiempo para hablar de política y para confrontar ideas. De hecho, aunque no es militante, Medina es el único en la familia que vota al PSC. Su mujer y uno de sus hijos, que trabaja como educador social, suelen votar a Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V). 'Le comentábamos cosas que no nos gustan del ayuntamiento de Cornellà ', explica Medina.
El matrimonio está vinculado desde hace muchos años a los movimientos de cristianos de base. Fue precisamente a través de un amigo jesuita que fue compañero del malogrado Juan García Nieto, dirigente de Cristianos por el Socialismo, como se les ofreció la posibilidad de que Pasqual Maragall viviera en su casa tres días.
Juan Medina considera muy positiva la experiencia vivida en estos días. 'Es bueno que los políticos de primera fila se acerquen a los ciudadanos', afirma el anfitrión del presidente del grupo parlamentario del PSC. También cree que lo ha sido para el resto de su familia, incluido su hijo radical. Lo cierto es que Maragall ha prometido recibirlo a él y a sus amigos en el Parlament para hablar de las inquietudes y demandas del movimiento okupa.
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