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Los masones españoles reclaman el patrimonio que les arrebató Franco

80 logias mundiales se reúnen en Madrid

Los masones españoles creen que las libertades son irreversibles, pero que hay aún 'asignaturas pendientes' con el Gobierno, y piden 'negociaciones' para recuperar el patrimonio que les arrebató el franquismo, así como la 'reivindicación del honor' de los hermanos víctimas de la dictadura. La Gran Logia de España es anfitriona, hasta el domingo, de la V Conferencia Mundial de Grandes Logias, con 500 participantes de 80 entidades. En España hay 'menos de 3.000 masones', según Tomás Sarobe, gran maestro de la Gran Logia. En el mundo, 'entre cinco y siete millones'.

'Bajo el franquismo tuvimos 12.000 muertos y hubo casi 40.000 procesos contra masones, lo fueran o no', dice Sarobe. 'Por tantas familias arruinadas reivindicamos que se nos reconozca plenamente la trayectoria, como ha hecho el Parlament de Cataluña'. Sarobe no entra en valoraciones económicas del patrimonio arrebatado: 'No es posible hacer números redondos. Pero, igual que se ha reconocido el patrimonio sindical o la existencia de los maquis, queremos que no se repitan hechos como el del templo masón de Santa Cruz de Tenerife: nos lo tomaron a sangre y fuego, y ahora el Ministerio de Defensa lo ha vendido. No tenemos antagonismo con el Gobierno. Estamos abiertos a todo tipo de negociaciones'.

La Gran Logia de España se identifica con logros democráticos como la enseñanza laica, la libertad de expresión y la defensa de los derechos del ciudadano. 'En todos los países hemos estado vinculados a la lucha por la libertad', señala el gran maestro.

La conferencia de grandes logias (que ayer fue recibida por el Ayuntamiento de Madrid) debatirá 'experiencias', pero no emitirá conclusiones públicas. 'No hay secretismo', dice Sarobe. 'Simplemente, cada logia es soberana, y no hay conclusiones aplicables a todas'.

'Somos discretos, igual que un consejo de administración no está abierto al público', dice Alberto Martínez-Lacaci, soberano gran comendador del Supremo Consejo de España. 'Ser masón es algo normal. Somos una escuela iniciática que, amparada en una simbología, intenta transmitir conocimientos para mejorar a la persona y la sociedad'. Nunca revelan nombres de sus miembros. 'Iría contra la intimidad: si una persona no lo autoriza, no se debe decir. Salvando las distancias, tampoco el Opus Dei habla de sus miembros', dice Martínez-Lacaci.

Los requisitos para ingresar, indica Sarobe, son: 'Ser hombre y mayor de edad; ser libre, en el sentido de que hacerse masón no implique una carga para la familia, y tener buenas costumbres y ser creyente'.

Una 'asignatura pendiente' que los masones españoles reconocen en sí mismos es la no admisión de mujeres. 'No las hay, porque la masonería regular, a la que pertenecemos, sigue las tradiciones de la llamada masonería operativa, los constructores de catedrales, y entre ellos no había mujeres'. Sarobe apunta que 'todo puede cambiar', aunque recalca que 'no hay requerimiento en tal sentido en la logia'. Señala, sin embargo, que hay masonería femenina en el Reino Unido hace más de un siglo y que la Gran Logia Femenina Francesa está instalada en Madrid y Barcelona'. El gran maestro indica que la Fundación Acacia, que organiza actividades caritativas de la Gran Logia de España, 'tiene un 70% de mujeres'. Santiago Ansaldo, representante en la Confederación Masónica Interamericana, subraya que no están cerrados a las mujeres y que existen 'organizaciones paramasónicas' femeninas, como Estrellas del Este, donde están sus esposas o las amigas de éstas, y las Hijas del Arco Iris, para jovencitas.

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