Toros de Arauz de Robles con presencia y trapío en El Batán

La corrida tiene alzada, mucha caja y unas astas que imponen respeto y seriedad. Hay un ejemplar cárdeno salpicado, el número 54, que tiene hondura, culata e intachable cuerna acapachada. Otro con volumen y hondura es el número 73, negro entrepelado y corniavacado. Un impresionante cornalón, negro zaino de capa, lleva el número 51 y exhibe recio y abultado morrillo. Con menos morrillo está el número 66, negro listón, pero es un toro de mucha hondura y está muy bien armado.

Menos estampa tiene la corrida de Alcurrucén, sin que ello permita afirmar que está mal presentada. Los seis toros, por su trapío y sus capas, son típicos ejemplares de su procedencia, que es la de sangre núñez. Puede afirmarse que es una corrida discreta, no muy desarrollada de cuerna. El astado de más trapío es el número 126, porque está enmorrillado. También tiene morrillo el número 68, un toro muy núñez, astifino, carifosco y vareado. Vareado también está el número 65, colorado ojo de perdiz y cómodo de pitones. El más bonito es el número 108, un castaño lucero jirón de no muy aparatosos pitones pero que, pese a ello, son muy astifinos. Y los de menos trapío son el número 93, negro listón y carifosco, que es de caja corta y discreta cabeza y, sobre todo, el número 14, chorreado en verdugo, chico y sin morrillo. Los van a matar, el martes 29, José Luis Moreno, Uceda Leal y Jesús Millán.

Completaba la exposición la corrida de El Torero. Son cornúpetas muy poco ostentosos, por el escaso volumen de sus hechuras, aunque hay algún que otro toro con seriedad en la cara. Como ejemplo de ello se puede tomar el 121, un castaño albardado cornialto, que tiene, además, alzada. Y en el extremo opuesto se encuentra el número 81, castaño ojinegro, muy justito de presencia y muy reducido de cuerna. Morirán hoy a estoque de Jesulín de Ubrique, Rivera Ordóñez y Miguel Abellán.