Italia impide por decreto que la francesa EdF asuma el control de Montedison

La decisión del Ejecutivo italiano, tomada de acuerdo con la coalición de centro-derecha que formará Gobierno dentro de unas semanas, se produjo al final de una jornada dominada por la tormenta política y financiera que ha desatado en Italia la entrada de EdF en un grupo mítico por su historia y su importancia industrial como Montedison, que factura más de 2,5 billones de pesetas. Al final, se impuso la línea auspiciada por Enrico Letta, ministro de Industria, quien ayer subrayó que el decreto no afectará a otros campos industriales.

Gobierno y oposición han sido unánimes al condenar una operación que podía dejar además en manos de un grupo público extranjero un elevado porcentaje del suministro eléctrico italiano. EdF no oculta su interés en desarrollar el sector energético de Montesidon (Sondel-Edison) que compite en estos momentos con otros grupos para hacerse con Elletrogen, una de las centrales eléctricas de Enel, en proceso de privatización. Letta anunció ayer que se pospondrá al menos un mes la subasta de Elletrogen, seguramente para dar tiempo al Ejecutivo a revisar las normas de venta.

Reciprocidad

Pierluigi Bersani, ministro de Transportes, criticó la operación del coloso francés no desde un punto de vista legal, sino por 'la falta de reciprocidad que existe en Francia', donde apenas se ha iniciado la liberalización del sector eléctrico. Oficialmente, el Gobierno francés dice estar en regla con las directivas comunitarias ya que liberalizó un 30% el mercado energético en 1999, la realidad, sin embargo, es distinta. EdF, desde su posición de superioridad, ha sido capaz de ofrecer mejores tarifas a los clientes y crearse así un mercado cada vez mayor. De hecho, los consumidores y la pequeña y mediana industria italiana han manifestado estos días su total simpatía hacia EdF, convencidos de que la entrada de los franceses redundaría en una reducción de tarifas que en estos momentos son hasta un 40% más altas en Italia que en Francia.

Pero la opinión de la gran industria es muy diferente. Giovanni Agnelli, presidente honorario del grupo Fiat y uno de las voces más autorizadas en el mundo empresarial italiano, criticó ayer duramente la falta 'de visión de futuro' demostrada por el principal accionista, hasta anteayer, de Montedison, Mediobanca, que controla en torno al 15% del grupo. Los golpes de pecho de la clase industrial italiana no pueden ocultar una realidad: han sido los propios accionistas de Montedison los que han cedido paquetes de acciones a la francesa EdF, en complejas operaciones financieras a través de terceros.

Venganzas y ajustes de cuentas entre los bancos accionistas menores y Mediobanca, han decidido a los primeros (Banca di Roma, San Paolo-Imi, Intesa-Comit), que controlan conjuntamente en torno al 13% de Montedison, a deshacerse de diversos paquetes de participaciones. Ante el temor a que el trasvase de acciones estuviera todavía en marcha, el ministro del Tesoro, Vincenzo Visco, convocó ayer por la mañana una reunión urgente con las cúpulas de los bancos y les pidió que mantuvieran estables sus participaciones.

Romain Zaleski, número uno de la Carlo Tassara, que posee el 10% de Montedison, y es el tercer accionista del grupo, figura también entre los que han facilitado la entrada de EdF cediendo al coloso francés una cuota no revelada de participaciones. Zaleski auguraba ayer un acuerdo entre los Gobiernos italiano y francés 'por el bien de Montedison'. Pero el Gobierno de Roma ha preferido actuar de forma contundente.

Pese a todas las explicaciones ofrecidas por el ministro francés de Economía, Laurent Fabius, a su homólogo italiano, Vincenzo Visco, en el sentido de que EdF ha llevado a cabo una mera operación financiera, el Ejecutivo italiano no lo cree. EdF no parece interesado ni en el sector agroalimentaria, ni en la química, ni en la aseguradora en las que Montedison tiene una fuerte presencia, sino en el sector eléctrico.