La Guardia Civil interviene en Barajas 70 kilos de cocaína en cartones de vino
Parecía tratarse de regalos: 70 paquetes perfectamente envueltos en un papel cuadriculado de vivos colores y procedentes de Lima (Perú). Pero, cuando los agentes de aduanas de la Agencia Tributaria y de la Guardia Civil del aeropuerto de Barajas abrieron uno de ellos, no pudieron por menos que sorprenderse. Cada paquete contenía un tetrabrick de vino, que, según se comprobó después, escondía a su vez un kilo de cocaína.
Recelosos, los agentes decidieron abrir uno de ellos y, efectivamente, por la boquilla lo que salía era vino. Sus propietarios eran cuatro españoles, tres mujeres y un hombre, que acababan de llegar procedentes de la ciudad suramericana. 'Pero, con lo que hay aquí, ¿a quién se le puede ocurrir irse a Perú a comprar vino para regalarlo en España?', se preguntó uno de los agentes, quien, antes de devolverlo a sus propietarios, decidió destripar uno de los envases isotérmicos. El misterio no tardó en desentrañarse. El interior del envase estaba repleto de pasta de cocaína, toda la cavidad, excepto una pequeña oquedad que contenía una bolsita de látex con una mínima cantidad de vino conectada a la boquilla, con la finalidad de no levantar sospechas, o de engañar a los agentes si éstos no hacían una inspección más meticulosa.
Al abrir otro de los paquetes, los agentes se encontraron con lo mismo. Y así otro y otro... Hasta los 70 kilos de pasta de cocaína. Entonces, los agentes decidieron detener por un delito contra la salud pública a los propietarios de los equipajes en cuyo interior se encontró tan especial bodega. Se trataba de las mujeres M. C. P. S., de 38 años; G. M. M., de 22, y T. A. P., de 18, y el hombre F. S. R. F., de 39 años.
Pero ésta no iba a ser la única intervención de droga de la jornada. En otro vuelo, procedente en esta ocasión de Guatemala, fueron detenidos los guatemaltecos A. R. L. S., de 26 años, y J. F. H. G., de 35, cuando pretendían introducir 1.700 gramos de cocaína ocultos en las plantillas de los zapatos que calzaban y otros que portaban en su equipaje.
Y también en los zapatos y en sus ropas y equipaje, un viajero procedente de Caracas, I. G. G., de 61 años, ocultaba dos kilos de cocaína. En esta ocasión fue detectado por los perros especialistas, que olfatearon la droga en las cintas transportadoras.
Finalmente, D. U., de 34 años y domiciliado en Vitoria, también fue detenido cuando portaba en el interior de su organismo 300 gramos de la misma droga, que había distribuido en 25 bolas.
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