El Consejo de Ética brasileño decide la expulsión de dos senadores

La discusión tuvo lugar en un clima político tenso ya que por la mañana el diario O Globo había publicado en primera página unas declaraciones durísimas del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, contra los medios de comunicación y contra la oposición del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.

Cardoso dijo textualmente a la comentarista política Tereza Cruvinel que "la ligereza de la prensa y el golpismo sin armas de la oposición están criando un clima de fascismo y de terror insoportables". Y añadió: "No me duele por mí, que tengo incluso instrumentos psicológicos para resistir. Quien podría no soportarlo es el país, es la democracia".

En otro momento de sus declaraciones dijo el presidente: "Me siento en los años 70. ¿Qué es lo que quieren? ¿Hasta dónde creen que va a resistir la democracia? ¿Hasta donde va a llegar el descrédito de las instituciones? La luz amarilla se está encendiendo. Si las elecciones se celebraran en este clima [las presidenciales para elegir su sucesor el año que viene], ¿quien va a asegurar al país? ¿Y el mercado?"

La oposición del PT le respondió por boca de su mítico líder histórico Lula afirmando que fascismo es lo que realiza el Gobierno al poner trabas al normal ejercicio en el Senado y en el Parlamento. Se refería Lula a todos los esfuerzos del Ejecutivo para intentar salvar de la expulsión a los dos senadores incriminados y para evitar una Comisión de Investigación del Parlamento sobre la corrupción política.

A todo ello hay que añadirle el malestar que sacude al país por las restricciones eléctricas, con amenazas de cortar la luz a quien no consiga ahorrar un 20% de la energía consumida habitualmente.

Todo ello hizo que ayer la discusión del Senado fuera apasionada y dura. Algunos senadores de la derecha del PFL (Partido Frente Liberal), al que pertenece el senador Magalhães, presentes en el Consejo de Ética, consiguieron una votación a un documento alternativo que fue sin embargo rechazado por los otros diez miembros de la comisión. Despues intentaron someter a votación algunas frases de la relación del relator Saturnino para seguir aplazando la votación final.

Por lo pronto, consiguieron que el voto en el pleno del Senado que debería haber sido hoy, tras la votación ayer del Consejo de Ética se aplazara quince días para dar tiempo a que los senadores para los que se pide la expulsión tuvieran más tiempo para maniobrar entre los bastidores políticos.

Y es que tanto Magalhães como Arruda están dudando sobre si esperar el voto del Senado, por si hubiera aún la posibilidad de que éste rechazara el veredicto de expulsión de la Comisión de Ética o bien, ante el peligro de que la votación les pudiera ser desfavorable, pudieran antes dimitir voluntariamente, lo que no les haría perder los derechos políticos y podrían volver a la política en un año.

De cualquier modo la opinión pública, que se ha manifestado masivamente a favor de la expulsión a traves de sondeos en la prensa y en Internet, ya ha dado su veredicto. Para ella los dos senadores han perdido su credibilidad. En la misma Bahía, tierra en la que ascendendente de Magalhães es grande, incluso ha habido manifestaciones violentas contra él, sofocadas en ocasiones por la policía.