El Ipswich Town rescata a un campeón mundial sub 20
El cuarto equipo de la Liga inglesa ficha a Pablo, reserva en el Celta
La última muestra de la cantera del Celta, un campeón mundial sub 20, prepara a estas horas la maleta para disputar la Liga inglesa. Lo hará en un clásico del fútbol británico, el Ipswich Town, un equipo clasificado para la próxima Copa de la UEFA. Pablo Couñago ha firmado un contrato de cuatro años para su propia alegría y la desilusión de los aficionados vigueses, que asisten impotentes a la fuga de talentos.
Huérfano de iconos autóctonos desde que Míchel Salgado se fue al Madrid, el celtismo había puesto todas sus esperanzas en Pablo antes incluso de que la bota de oro que consiguió en el Campeonato del Mundo sub 20 de Nigeria, en 1999, disparase su cotización. La admiración que el delantero genera entre los hinchas no contagió al entrenador, Víctor Fernández, ni a la directiva, que le presentó una oferta de renovación que su representante consideró leonina.
Con el traspaso de Pablo, de 21 años, el Celta pasa a engrosar definitivamente ese grupo de clubes que basan su éxito en despojarse de toda reminiscencia de romanticismo. La cantera ha pasado en Vigo a desempeñar un papel meramente testimonial frente al ascendente de rusos, argentinos y brasileños y lejos de la españolización que ha conducido al éxito a su rival más directo, el Deportivo.
Pablo sucumbió a la competencia. La contratación de Catanha y la complacencia del entrenador le cerraron el camino. Se sabía que ésta iba a ser una temporada especialmente dura para el jugador, repescado de una cesión en el Recreativo de Huelva, pero el papel que desempeñó en la engorrosa Intertoto parecía abrirle las puertas del cielo: si el Celta ingresó en la Copa de la UEFA fue por sus sensacionales últimos veinte minutos del partido final, en San Petersburgo.
Pero llegó la Liga y Víctor Fernández no encontró hueco para el canterano ni en las convocatorias. La selección, en cambio, le hizo un sitio en la sub 21 y Pablo respondió con dos goles en Birmingham, en febrero, cuando el equipo español derrotó al inglés por 4-0. El joven futbolista llamó la atención del cuerpo técnico del Ipswich mientras Fernández desataba la polémica en Vigo al reconocer que no había visto el partido.
Goerge Burley, el técnico del Ipswich, definió ayer a Pablo como un delantero 'excepcional, con coraje y una importante ambición goleadora'. Defiende bien la pelota y es generoso en el área, aunque la falta de oportunidades le obligarán a un trabajoso pulido. Será en Inglaterra.
En Vigo la afición continúa asistiendo a la reedición futbolística del viejo fenómeno de la emigración mientras la directiva del club se limita a prodigarse en homenajes a los valores de la cantera. El último se lo rindió el domingo pasado, en Balaídos, al también delantero Senel por el título europeo sub 16. Con toda seguridad, esa placa conmemorativa será lo único tangible que deje su paso por Vigo. Salvo que se escarmiente.
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