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El Valencia se olvidó los balones

El Valencia debía haberse entrenado el martes en San Siro con los balones previstos para ser utilizados en la final. Pero no lo hizo. La UEFA dio una bolsa de 20 a cada equipo en sus hoteles de concentración, pero el club valenciano no se enteró. Así que cuando los de Cúper llegaron al entrenamiento se encontraron con que no tenían balones. '¡Se los olvidaron en el hotel!', se lamentó un responsable de la UEFA que, sorprendentemente, achacó lo ocurrido a la 'inexperiencia del equipo'.

- Un hincha pierde dos dedos. Máximo Barreiro, un seguidor del Valencia, de 21 años y que viajaba en un tren litera hacia Milán, tuvo que ser operado de urgencia en el hospital Edouard Herriot, de Lyón, al explotarle un petardo y perder dos dedos de una mano. Pese a lo ocurrido, el joven no decayó y lo primero que hizo tras la operación fue pedir un mando a distancia para ver el partido por televisión.

- Ley seca en las calles de Milán. La ley seca impuesta por las autoridades gobernó las horas previas al partido en tres puntos neurálgicos de Milán: los alrededores del estadio, la estación central y el centro de la urbe. La policía italiana desplegó 2.500 agentes para vigilar los movimientos de los 70.000 hinchas desplazados hasta la ciudad lombarda.

- Detenido un aficionado español. Un aficionado del Valencia fue detenido por la policía tras agredir a un empleado de una gasolinera, que recibió una patada en la cabeza tras intentar mediar en una discusión. La descripción que el operario hizo del agresor permitió a los carabinieri localizarle en las cercanías de San Siro.

- Lleno en Mestalla tres horas antes. El estadio de Mestalla, donde se instalaron dos pantallas gigantes, presentó un lleno, con más de 40.000 seguidores, desde las cinco de la tarde, tres horas antes de que comenzara el partido.

- Polémica con los últimos vuelos. Tras una jornada sin apenas incidentes, y sin retrasos, la polémica estalló cerca del mediodía en el aeropuerto de Manises cuando unos 50 aficionados estuvieron a punto de quedarse en Valencia porque sus nombres no figuraban en los listados de pasajeros de ninguno de los 35 vuelos programados. Al final, fueron reubicados en distintos aviones, uno de ellos llegado expresamente desde Palma.

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