Sólo una tanda de naturales
Eso fue lo único destacable que se vio tras más de dos horas de función: una tanda decente de naturales que sacó Andrés Luis Dorado y que agradeció el poco público que, como de costumbre, acude a las novilladas en Córdoba. Aunque se monten en plenas fiestas. Fue también la primera ocasión -luego hubo otra- en la que sonó la música, muy dada en esta plaza a sonar con pasodobles, así esté la faena, el toro o el torero.
Para abrir los espectáculos taurinos de Córdoba, la empresa llevó a tres jóvenes que se presentaban con picadores en Los Califas. Los dos primeros, de Córdoba, y el que cerraba la terna, gaditano. A los tres les queda mucho camino por recorrer en este mundo taurino si, como se proponen, quieren llegar a ser figuras del toreo.
Soriano / Dorado, Chamanieto, Chacón
Novillos de Apolinar Soriano: bien presentados, incómodos en el último tercio, salvo el último, noble. Andrés Luis Dorado: petición y vuelta; oreja. Francisco Izquierdo Chamanieto: ovación y salida al tercio; palmas. Octavio Chacón: -aviso-, silencio; oreja. Plaza de los Califas, 20 de mayo. Primera de abono de feria. Un cuarto de entrada.
Andrés Luis Dorado llegaba a Córdoba después de torear sólo tres novilladas picadas la temporada anterior. Con la de ayer hizo cuatro, aunque le queda otra más en este ciclo ferial. Y su presentación no le fue tan mal, pues cortó una oreja a su segundo enemigo, en el que se oyeron los primeros olés de la tarde.
Profundidad y temple
Su actuación comenzó a tener calidad en esa tanda de naturales que instrumentó con profundidad y temple, pero pronto el novillo se fue parando hasta no poderle sacar nada más productivo. El final de su actuación lo acabó Dorado tirándose de rodillas para dar unas manoletinas. Tenía la oreja ganada, pero quiso asegurarla a la hora de matar. En el segundo intento la res lo prendió. Fueron momentos de angustia, pues el torero tardó en incorporarse, pero afortunadamente todo quedó en susto.
En el que abrió plaza, Dorado no pudo acoplarse con su enemigo, que embestía con la cara alta y se paraba. Lo mejor, la estocada.
Chamanieto llegaba habiendo sido la temporada anterior el triunfador de las novilladas que ha organizado la promoción taurina Manolete. Con su primero, un novillo violento, no pudo centrarse, unas veces porque las banderillas le dieron fuertes golpes en el pecho y cara, y, otras porque, además, fue atropellado. No se acobardó. Por el contrario, siguió en la cara del animal, que conforme trascurría la lidia se defendía más. En el quinto, estuvo excesivamente desconfiado. El toro se colaba por el pitón izquierdo y Chamanieto no estuvo quieto un momento. Se le notó falto de recursos.
El primero de Octavio Chacón cambió a peor en el último tercio, cortando los viajes y queriendo rajarse constantemente. Por más que porfió, Chacón no pudo sacar nada destacado. En el que cerró plaza, el mejor novillo de la tarde, puso otra vez a trabajar a la banda de música cuando instrumentó una buena tanda de derechazos.
Babelia
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