'La directiva de fiscalidad del tabaco no es razonable'
Pablo Isla (37 años, Madrid), abogado del Estado, ha sido director de Patrimonio y secretario general del Banco Popular. Desde hace nueve meses comparte la presidencia de la tabacalera Altadis con Jean D. Comolli
Pablo Isla ha cumplido sus primeros nueve meses copresidiendo Altadis (junto con Jean Dominique Comolli). Con la fusión de Tabacalera y Seita ya consolidada y con la empresa en la pista de despegue y unos resultados calificados de 'muy buenos', que serán presentados hoy, lunes, en la junta de accionistas, Isla quiere impulsar su desarrollo.
Pregunta. ¿A qué se debe que los resultados del primer trimestre de este año hayan sido mejores y apunten un buen ejercicio?
Respuesta. Hemos logrado aumentar de forma clara la actividad en las tres áreas de la empresa: cigarrillos, cigarros y logística, de ahí la mejora en el resultado neto del 13,1%. Además, el resultado de explotación ha crecido el 12,3%, lo que nos permite aventurar que cumpliremos el objetivo en el año de crecer en este concepto entre el 15% y el 20%. La política de amortización de acciones que hemos abordado nos permite, además, mejorar el beneficio por acción, que cierra un mapa muy prometedor para este año.
P. Entonces, ¿esperará que este año la Bolsa no le castigue como en el pasado?
R. Es cierto que estamos penalizados en Bolsa. En ello han incidido factores externos sociales. El mercado es muy sensible a este tipo de informaciones sobre el tabaco, y lo hemos pagado muy caro. De todas formas, hay que reconocer que el pasado año no cubrimos las expectativas de beneficios que habíamos pronosticado, y eso influyó. Las causas están localizadas y no ocurrirá lo mismo en 2001.
P. ¿Es consciente de que la imagen del tabaco es cada vez peor a pesar de que luchen por mejorarla?
R. Creo que en el campo de los cigarrillos se han cometido excesos al culpabilizar sus perjuicios, y esto ha metido presión al mercado. Sin embargo, la imagen del cigarro puro es buena, y en España, Francia y Alemania, nuestros tres principales mercados, el nivel de intolerancia con los fumadores son llevaderos, lejos del nivel del mundo anglosajón. Creo que la situación debe normalizarse y espero que no sigan creciendo las presiones no sólo sobre las empresas, sino sobre el fumador.
P. Además de la presión social no hay que olvidar el aumento de presión fiscal que estudia la Comisión Europea y que puede elevar el precio de la cajetilla casi cien pesetas en España.
R. En efecto, la última directiva que estudia la Unión Europea tiene algunos aspectos que no son razonables, en la medida que fija una fiscalidad mínima por cajetilla sin tomar en cuenta el nivel de vida de los países. Ello podría provocar que los Estados con mayor fiscalidad y menor nivel de vida se vieran penalizados, y viceversa. Además se castigaría con más fuerza a las marcas líderes en cada mercado, en este caso, a varias marcas nuestras. A mi juicio, no es razonable cambiar la fiscalidad en esa dirección. La fiscalidad del tabaco está bien armonizada en la Unión Europea.
P. ¿Cree que el sector tiene un exceso de regulación y que esto constriñe su desarrollo?
R. Somos un sector muy regulado en publicidad y en advertencia sobre la salud. El marco es muy duro; eso, sin olvidar a veces los ataques que se hacen contra los fumadores. Espero que este momento dé paso a otro más razonable. En todo caso, la empresa tiene tres pilares: cigarrillos, cigarros y logística, y todos tienen una gran capacidad de crecimiento.
P. De las tres áreas de negocio, ¿cuál van a potenciar?
R. Ninguna sobre las demás. En cigarrillos vendemos un tercio en España, un tercio en Francia y un tercio en otros países como Alemania, Austria, Finlandia y Polonia. En todos ellos hay capacidad de crecer, aunque no descartamos crecer por la vía de compra de nuevas empresas, pero siempre dentro de una lógica razonable y sin perder el norte de la rentabilidad. En cigarros puros somos los líderes mundiales, lo que nos da una prima para seguir creciendo. En logística contamos con una gran red de distribución en España, Francia y Portugal, y en nuestro negocio en esta área el tabaco supone un menor porcentaje del total. Vamos a una logística integral con todo tipo de productos.
P. ¿Se plantean en el futuro algún tipo de diversificación del negocio?
R. No. Vamos a centrarnos en las tres áreas actuales. Nos hemos salido del sector inmobiliario, donde estábamos a través de Zabálburu, y nuestro crecimiento se centrará en los actuales negocios.
P. ¿Sin embargo, han invertido en Iberia, donde su filial Logista compró el 6,7% del capital y donde sufre fuertes minusvalías en estos momentos?
R. Creo que ésta es una inversión que tiene sentido. Estamos en Iberia con vocación estratégica, porque la actividad de carga es un negocio de futuro y debemos estar. No es una inversión coyuntural; de hecho, yo tengo una gran confianza en la gestión de Iberia y en las posibilidades de futuro de la misma.
P. ¿Pero ustedes están en el núcleo estable de Iberia, que mantiene sus diferencias con la SEPI, que acaba de privatizar el 53,9% de las acciones?
R. Bueno, eso es un tema aparte que afecta a las relaciones entre el vendedor, la SEPI, y los compradores del núcleo estable. En un momento determinado se produce una divergencia en la interpretación de una cláusula del contrato y de ahí que se haya apelado a árbitros externos, por si el retraso en la salida a Bolsa es susceptible de ser compensado.
P. ¿Cómo incide la puesta en marcha del plan industrial en el futuro de la empresa?
R. El plan industrial ha sido el elemento central para dar futuro a la empresa. Firmado el pasado año con los sindicatos, supone racionalizar la producción y situar la empresa en los niveles de rentabilidad del sector en Europa. El pasado mes de abril han salido los primeros 500 trabajadores por la vía de la prejubilación, y la dotación total del coste del plan en 2000, por valor de 52.700 millones de pesetas, permite unos ahorros importantes en los años 2001 y 2002, años de vigencia del plan.
P. ¿Qué destino tendrán los inmuebles de las seis fábricas que se cierran?
R. Dentro del plan nos comprometimos a que estos centros pudieran dar acogida a parte de los trabajadores que salían de la empresa. Nos encontramos en negociaciones con los diferentes Gobiernos de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos donde están localizadas las fábricas que se cierran para buscar la mejor salida. Asimismo, hay que recordar que las dos nuevas fábricas en Cantabria y en Alicante van a buen ritmo.
P. ¿Considera que es acertado que se mantenga el monopolio estatal en la distribución minorista con los estancos?
R. El monopolio del Estado en los estancos es común en varios países europeos. La razón es que el tabaco es un producto muy goloso para el contrabando, que en España ha pasado en los últimos años del 12% al 3,73% a finales de 2000. El resto de la distribución está totalmente liberalizada, aunque seguimos con la mayor parte del mercado por el servicio que ofrecemos.
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