Los socialistas proponen eliminar el peaje de 117 kilómetros de autopista y construir más autovías

Quienes tienen que desplazarse en coche para trabajar y por obligación no tienen que estar sometidos a peaje. Éste es uno de los criterios que inspira la política de peajes que defienden los socialistas, sintetizada en el documento de 25 páginas que ayer presentó en el Parlament el consejero alternativo de Política Territorial, Manel Nadal. Como medidas a corto plazo se prevé la supresión del peaje en 117 kilómetros de las actuales autopistas catalanas y la denuncia del convenio que prolonga las concesiones en cuanto lleguen al gobierno.

Los 117 kilómetros de peaje que deben pasar a ser suprimidos son, esencialmente, los urbanos: el peaje de Mollet, el de Molins-Martorell y el de Montgat-Mataró. Pero también hay que suprimir, sostuvo Manel Nadal, aquellos peajes que no tienen alternativa para el usuario. 'No rechazamos autopistas de peaje si el conductor tiene una alternativa. Si no la tiene, hay que quitar el peaje'. Los dos casos más claros son el túnel del Cadí y la autopista Terrassa-Manresa.

Los socialistas dibujan así una región metropolitana sin peajes, salvo en el caso de los túneles (Vallvidrera, Garraf y, si se llega a construir aceptando las condiciones de que esté acompañado de otro para el ferrocarril, el de Horta).

Pero el plan no es sólo metropolitano. El PSC propone un modelo general de territorio cruzado por vías de alta capacidad, sean autopistas o autovías gratuitas. En total, al terminar un periodo de 10 años Cataluña dispondría de entre 2.000 y 2.300 kilómetros de este tipo de vías. Un tercio de ellas, de peaje y el resto, gratuitas. Esto supondría una inversión de 900.000 millones de pesetas en ese mismo periodo. 600.000 millones deberían ser aportados por el Gobierno central y el resto por el catalán.

De las nuevas autovías, las más importantes serían el Eix Transversal, que sería desdoblado en su totalidad; el eje occidental, que uniría Amposta con Lleida y Vielha; diversas vías de acceso a los Pirineos, y el eje diagonal, entre Igualada, Vilafranca y Vilanova, además de la B-40.

Hay algunas vías que el PSC ha mantenido en el mapa de futuro porque están previstas ya sea por el Gobierno central o por el catalán: son la interpolar (casi paralela a la B-30) y la que tiene que discurrir por el margen izquierdo del Besòs. Nadal cree que estas vías tienen que ser negociadas con los vecinos o no hacerlas.

A más largo plazo, los camiones tendrán que asumir la necesidad de una tasa, un pago único para poder circular por toda Europa. En cualquier caso, aseguró Nadal, esta medida debe ser promovida y adoptada en el marco de la Unión Europea.

El modelo final catalán debería parecerse al español y al europeo: un tercio de vías de peaje y el resto, gratuitas.

Nadal criticó con dureza la 'falta de propuestas' del Gobierno catalán. En la comisión creada por el Parlament para el estudio de los peajes, explicó, hay tres proyectos: el del PSC, el de Xarxa Viària y el de las concesionarias. El Gobierno no ha hecho aportación ninguna, y cuando habla es para hacer 'seguidismo' de las concesionarias, dijo. Esto comporta que el trabajo acabe siendo 'lento e ineficaz'.

El consejero del gobierno alternativo criticó también con dureza las posiciones defendidas por José Luis Feito, presidente de la asociación de empresas concesionarias españolas (Aseta), elegido esta misma semana presidente de las concesionarias europeas. Feito sostuvo la pasada semana que no hay que construir ni un solo metro más de autovías sin peaje. Nadal cree que estas declaraciones son 'una provocación intolerable' y advirtió a la patronal de que si persiste en este tipo de manifestaciones puede acabar poniendo en peligro el negocio porque provocará una rebelión que ponga en cuestión todo tipo de peajes.