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Reportaje:

'Gano 125.000 pesetas por limpiar el aeropuerto'

Los huelguistas vuelven a ensuciar El Prat en demanda de mejores sueldos y condiciones de trabajo

Mari y Tere son dos limpiadoras del aeropuerto de El Prat que cobran 125.000 pesetas al mes por ocho horas diarias de trabajo de lunes a viernes. Las dos están casadas y dicen que tienen que trabajar porque 'hoy en día no se puede vivir con un solo sueldo en casa'.

Ambas forman parte de las 140 personas contratadas para limpiar el aeropuerto, y reclaman mejores condiciones salariales y de trabajo. 'Tenemos que entrar en los lavabos que están encharcados sin botas siquiera', dicen.

Ambas, como sus compañeros, hicieron ayer el segundo y último día de huelga. Y como la víspera, los trabajadores se afanaron en ensuciar las instalaciones con líquidos y huevos. Hoy les tocará limpiarlo todo.

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Algunas compañeras forman corrillo con Mari y Tere. Varias se quejan de la actitud de los encargados. 'Si te tienen que pegar una bronca delante de un turista, lo hacen. No tienen ningún miramiento', señala Tere. 'A veces, vas al lavabo y si tardas un poco ya te están llamando a la puerta', añade una de las mujeres. Aseguran que su trabajo requeriría que se les pagara un plus de peligrosidad y reclaman más ayuda para el transporte. A veces encuentran jeringas en las papeleras o sangre en un lavabo y no saben de quién procede ni por qué está allí.

Las trabajadoras dicen que a lo largo de su jornada laboral recorren muchos kilómetros y que eso se evitaría con la contratación de más personal. 'Yo sola limpio todos los cristales del módulo 2', afirma Mari, la única que no lleva el uniforme azul, aunque añade que hay compañeras en peor situación. Es el caso de las dos mujeres que tienen a su cargo la limpieza de toda la rambla de embarque del aeropuerto, y no pueden utilizar la cinta transportadora. Este periódico intentó ayer sin éxito ponerse en contacto con la dirección de la empresa FCC, concesionaria de la contrata de limpieza del aeropuerto.

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UGT critica el paro

Otras reivindicaciones de los trabajadores son que se pasen a fijos algunos trabajadores eventuales y que se incremente el plus de 5.000 pesetas que cobran por trabajar los días festivos. Para primeros de junio anuncian más movilizaciones. Pero hoy tendrán que volver al trabajo y lo primero que tendrán que hacer es limpiar los efectos de esta huelga. Los trabajadores de la limpieza del aeropuerto finalizaron ayer una nueva tanda de jornadas de huelga que dejó las instalaciones del aeródromo barcelonés convertidas en un auténtico basurero. Muchos usuarios del aeropuerto se declararon molestos por el estado de las instalaciones. Un grupo de huelguistas envolvió con papel higiénico la estatua del escultor Fernando Botero que se encuentra en la terminal B. Las protestas, sin embargo, no se limitaron a las instalaciones, sino que también salieron al exterior, cuando grupos de huelguistas cortaron el tráfico.

UGT, que no secundó el paro, reclamó la dimisión del director del aeropuerto, Antoni Pedrós, por no garantizar la seguridad del personal que no secundó la huelga y hacer ver que no se enteraba de las acciones de los manifestantes. El Prat seguía mostrando ayer un aspecto de degradación generalizado, aunque en menor medida que el jueves, y los huelguistas volvieron a ensuciar el aeropuerto con papeles y líquidos.

La huelga de dos días que ha efectuado buena parte de las 140 personas que se encargan del servicio de limpieza del aeropuerto sólo fue secundada por CC OO. Este conflicto ha supuesto un distanciamiento entre ambos sindicatos, no sólo porque UGT se ha quedado al margen, sino porque representantes ugetistas se han personado en las instalaciones del aeropuerto para garantizar que las personas que quisieran trabajar pudieran hacerlo.

Los delegados de UGT volvieron a hacer acto de presencia ayer en El Prat, pero también lo hizo la policía, por lo que los encontronazos entre aquéllos y los huelguistas no fueron tan virulentos. Un representante de UGT aseguró: 'La policía está porque estamos nosotros, pero estamos seguros de que si nos vamos también se irá'.

Además, este sindicato acusó a la dirección del aeródromo barcelonés de permitir que las acciones de los piquetes convirtieran las terminales en un auténtico vertedero, 'lo cual, al final, a quien perjudica es al usuario'. Una imagen tercermundista que para muchos turistas es la primera que tienen en cuanto llegan a Barcelona.

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