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Una huelga limpia

Los medios de comunicación han informado del estado en que quedó el aeropuerto de El Prat después de la huelga de las trabajadoras de FCC, la empresa responsable de la limpieza. Es lógico porque noticia, haberla, haila. EL PAÍS, además, informa de las razones del conflicto, cosa que se agradece, porque algunos con tanta imagen se han olvidado de explicar lo básico, el porqué y el origen del conflicto. Y además opina sobre las formas de la huelga. Está en su derecho y en su obligación, y hay que agradecerle que haya separado la información de la opinión. Es muy saludable. Además, nos pide que en CC OO asumamos nuestra responsabilidad.

Aceptamos el envite. Asumimos plenamente la convocatoria de la huelga y sus consecuencias porque consideramos que es una huelga justa, digna y limpia, aun a sabiendas del impacto en imagen que ello pueda tener sobre quienes no conocen las razones que nos han llevado a este duro conflicto. FCC pretende ignorar los derechos que tenían los trabajadores y las trabajadoras con la empresa concesionaria anterior, firma un acuerdo con la parte minoritaria del comité, intenta imponer a los trabajadores quiénes deben ser sus representantes, y para ello utiliza una política de contratación que hace fijos sólo a una parte de los eventuales, los que acuerda con la parte minoritaria del comité.

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Es una huelga justa porque pretende que FCC respete los derechos que las trabajadoras tenían con la anterior empresa concesionaria del servicio, algo básico en este sector si no queremos que acabe siendo una selva.

Es digna, como suelen serlo las huelgas de la limpieza -del mocho, dicen las compañeras-, porque reclama el reconocimiento profesional y salarial de su trabajo, y reclama también un poco menos de fariseísmo a la sociedad y a los creadores de opinión. ¿Alguien se ha parado a pensar en el salario de miseria que suelen cobrar en las empresas de limpieza o en los problemas de desplazamiento con jornadas nocturnas y sin un solo servicio público para desplazarse?

Y es limpia. Sí, limpia, porque pretende que los mecanismos de contratación de la empresa y de pase de temporales a fijos sean transparentes. Si alguien quiere saber las razones del conflicto y sus peculiaridades en cuanto a diferencias sindicales, que investigue cuál es la oficina de empleo -es un decir- que utiliza FCC en su delegación de limpieza de Barcelona para contratar al personal y qué condiciones se precisan para pasar a fijo. Eso es lo que de verdad ensucia nuestra sociedad y no la huelga, cuyos efectos desaparecen al día siguiente porque los propios trabajadores se encargan de limpiarlo.

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Somos conscientes de que ante la opinión pública las formas de la huelga pueden perjudicar las razones de la misma. Pero, sinceramente, el personal de la limpieza no puede hacer huelga de celo. Estamos dispuestos a aceptar sugerencias sobre otras formas de lucha para conseguir que una multinacional como FCC, que puede aguantar una huelga meses y meses, se siente a negociar. Y si se me permite, termino con una sugerencia. Si los medios de comunicación, haciéndose eco de la ciudadanía, quieren evitar esta mala imagen de Barcelona, pueden ayudar presionando también a FCC para que cumpla con sus obligaciones y deje de ser tan prepotente, y a AENA para que, como responsable del aeropuerto, medie para encontrar una solución. Las trabajadoras de FCC no tienen muchas más posibilidades de defender sus derechos y su dignidad.

Joan Coscubiela es secretario general de CC OO de Cataluña.

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