La envidia, un buen signo

'Para un equipo es buena señal ser capaz de ganar sin jugar bien'. Así zanjó ayer Gérard Houllier, el entrenador del Liverpool, el debate que le persigue en la prensa inglesa, que compara a su equipo con el Arsenal de Graham, ganador del deshonroso título de aburrido. Houllier no se achantó y aseguró que su cuadro 'ha mejorado en los últimos meses', lo que le ratifica en su 'buena opinión' sobre el grupo y le hace prever 'un buen futuro'.

Las referencias al Manchester fueron constantes en su conferencia de prensa. Incluso se hablaba del deseo de derrota del Liverpool que anima a algunos británicos. La pregunta le vino bien a Houllier: 'Si hay envidia es que lo estamos haciendo bien'.

El técnico francés descartó que esta final sea un segundo plato respecto al partido del sábado, ante el Charlton, en el que su conjunto se juega su clasificación para la Liga de Campeones: 'Es un encuentro enorme para nosotros, para un club que no gana ningún titulo europeo desde hace 17 años. Como foráneo, tengo admiración por el Liverpool, que dominó el fútbol europeo en los setenta y parte de los ochenta. Ese dominio se acabó a causa de la tragedia de Heysel. Si queremos enseñar nuestro juego y crecer, necesitamos un título como el de la Copa de la UEFA'.

Houllier dijo haber visto al Alavés en muchos partidos, pero Owen matizó que esperaba ver un vídeo hoy mismo. Al parecer, el primero no ha querido distraer a sus jugadores de sus últimos compromisos. En pleno análisis de unos y otros, Houllier ironizó con el espíritu de contragolpe que anima al Liverpool y el Alavés: 'Igual nos plantamos uno en cada área y jugamos la final más rara'.

Owen tuvo un minuto filosófico: 'Cuando está en racha, el delantero vive con la expectativa del gol, no con la esperanza del gol'. A su lado, Hamman, cerraba y abría sus ojos. No es que no le creyera. Era un tic nervioso.