Asesinatos y misiles
La violencia entre israelíes y palestinos parece aumentar. (...) Tanto Sharon como Arafat afirman que quieren detener la espiral de violencia y volver a las negociaciones, pero ambos se comportan como si prefirieran que el conflicto continuara. (...) Arafat sueña con que cierta combinación de violencia palestina e intervención internacional obligue a Israel a abandonar Cisjordania y Gaza. Sharon parece haber retomado su antiguo objetivo de posponer las negociaciones mientras continúe la expansión de los asentamientos israelíes, lo que a la larga haría imposible cualquier Estado palestino viable. Los dos viejos guerreros se complacen con estas fantasías aun teniendo otras opciones más a mano. Una iniciativa de paz jordano-egipcia dispone el marco adecuado para la reanudación del proceso de pacificación. Otra opción, considerada como bastante justa por ambas partes, plantea el cese de la violencia seguido de medidas de creación de un clima de confianza que incluirían el esfuerzo palestino de encarcelar a los terroristas y la congelación de la construcción de asentamientos israelíes.
Si ambas partes, en especial el Gobierno de Sharon, han repudiado tales propuestas y han seguido con sus destructivas e impracticables estrategias, es debido al fracaso de la Administración de Bush para ejercer la influencia norteamericana que tan vital ha sido en el proceso de pacificación. (...) A menos que Estados Unidos apoye activamente algún tipo de fórmula política y presione a ambas partes a atender a la misma seriamente, habrá pocas esperanzas de detener la inexorable escalada del conflicto.
Washington, 11 de mayo
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