Ferrero, a punto para París

Las apuestas parecían cerradas cuando el brasileño Gustavo Kuerten se anotó la tercera manga de la final del torneo de Roma y pasó a dominarla por dos a una. Jugando tal como estaba jugando, daba igual el rival que tuviera enfrente. Pero esta vez el adversario se sublevó. Juan Carlos Ferrero, de 21 años, no es alguien a quien se pueda enterrar antes de hora. Al contrario. El golpe por la pérdida del tercer set debió de ser fuerte, pero su reacción fue superior. Después de tres horas y cinco minutos, Ferrero abrazó a los suyos. Había ganado por 3-6, 6-1, 2-6, 6-4 y 6-2 al número uno del mundo y se impuso por primera vez en uno de los nueve Masters Series.

'Estamos quemando etapas más rápido de lo que teníamos previsto', reconoció Antonio Martínez Cascales, su entrenador; 'es una confirmación evidente de que va mejorando'. Los objetivos se han multiplicado geométricamente para Ferrero. Primero se trataba de dar el salto de júnior a profesional. Pero en un solo año saltó del puesto 345º al 43º tras conseguir su primer título del circuito en Mallorca a finales de 1999. En 2000 su progresión no se frenó: acabó el 12º tras haber disputado las semifinales del torneo de Roland Garros. Y esta temporada ya no se fijaron objetivos.

Con Ferrero cualquier cosa es posible, incluso que este año gane en París la única competición del Grand Slam que se disputa en tierra batida. Por el momento, su candidatura está lanzada. Sus títulos en Dubai, sobre pista dura, Estoril y Barcelona constituían ya un aval. Pero la victoria de Roma le catapulta hacia otra dimensión.

'Un gran luchador'

Ganar un Master Series no está al alcance de cualquiera. En lo que va de año, sólo el estadounidense Andre Agassi, campeón en Indian Wells y Miami, y Kuerten, en Montecarlo, lo habían logrado. Ferrero se suma a este restringido grupo tras superar al número uno. 'Quiero felicitarle', comentó el propio Kuerten en la pista, 'porque ha sido un gran luchador'.

Cuando Kuerten rompió su saque en el octavo y último juego del tercer set, Ferrero prosiguió su batalla como si aquello no fuera con él. 'Sabía que era un partido muy difícil y que sería duro', comentó a la agencia Efe; 'imaginaba que no se resolvería en tres mangas. Por eso, cuando me vi dominado por dos a una, seguí paciente y confiando en mis posibilidades'.

Fue un momento clave. Ferrero ni siquiera pensó en su único enfrentamiento anterior con Kuerten, cuando el brasileño le venció en las semifinales de Roland Garros el año pasado en cinco mangas. 'Me concentré al ciento por ciento en el partido. Seguía sintiéndome fuerte física y mentalmente', insistió. El cuarto set lo ganó con una sola rotura en el séptimo juego. Y en el quinto rompió de entrada y se colocó con 5-2, con otro break, cuando Kuerten daba ya muestras de flaqueza.

'Ferrero ajustó mucho a las líneas. Y a mí me costó reponerme tras perder la cuarta manga', reconoció Kuerten. El suramericano jugó de forma impecable en los inicios del partido y demostró que mientras su físico le acompaña su tenis es de otra galaxia. Es uno de los pocos jugadores capaces de marcar el ritmo ante Ferrero. Éste se mostró confiado en llegar en perfectas condiciones a París: 'Es algo que me preocupa, pero espero lograrlo'. El español jugará ahora en Hamburgo y Düsseldorf.

Ferrero se embolsó un premio de 72 millones de pesetas por ganar en Roma y ascendió hasta la segunda posición del ránking por puntos (Race) de la ATP.