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Sólo uno de los 14 heridos por la explosión sigue hospitalizado

Sólo uno de los 14 heridos por la explosión del coche bomba seguía ayer hospitalizado. Juan Cruz C., de 53 años, vigilante de seguridad de las oficinas del BBVA de la calle de Goya, 14, donde se registró la explosión minutos antes de la medianoche del viernes, evoluciona favorablemente de sus heridas. A primera hora de ayer salió la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Doce de Octubre y fue trasladado a planta.

A Cruz le alcanzó la metralla de la explosión en la cara y sufrió múltiples lesiones: un objeto cortante le seccionó los tendones de una muñeca, la onda expansiva le perforó uno de los tímpanos y la metralla le causó erosiones en el globo ocular derecho y otras heridas y cortes en el rostro. El ministro del Interior, Mariano Rajoy, le telefoneó ayer al centro hospitalario para mostrarle su apoyo. El director general de la Policía, Juan Cotino, fue a visitarle.

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Los 13 afectados restantes, entre ellos dos menores de edad, sufrieron heridas leves por la explosión. Diez de ellos fueron trasladados en ambulancias del Servicio Municipal de Urgencias a diversos centros hospitalarios. Todos fueron dados de alta.

125 viviendas afectadas

Los destrozos causados por la detonación de los entre 15 y 20 kilos de explosivo fueron cuantiosos. Los bomberos contabilizaron ayer 25 coches afectados por la onda expansiva. Los técnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo de Madrid hicieron recuento y estiman que 125 viviendas, una docena de comercios, en 15 bloques diferentes, tienen daños de algún tipo. El arquitecto jefe del Servicio de Protección de la Edificación del Ayuntamiento, Fernando Macías, explicó que 'lo prioritario es la reparación de las ventanas y cristaleras de las viviendas para hacerlas habitables'.

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Sólo uno de los 15 bloques afectados ha sufrido daños estructurales, el de las oficinas del BBVA, donde ETA puso el coche bomba. Los operarios municipales lo han apuntalado con una estrutura metálica para evitar un posible derrumbe.

Miguel Vera, encargado de una tienda de moda, estaba desolado ayer por los daños en su comercio: 'Las lunas del escaparate están hechas añicos, el techo de madera ha volado, el aire acondicionado no funciona, las piedras de la fachada tienen agujeros por el impacto de la metralla...' El tramo de la calle de Goya entre las de Velazquez y Lagasca se reabrió ayer al tráfico.

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