Acusaciones de racismo en la I Conferencia del Milenio de los Pueblos Indígenas
Acusaciones de racismo y reivindicaciones internacionales fueron los principles componentes de la Conferencia del Milenio de los Pueblos Indígenas que concluyó ayer en Panamá. El foro fue escenario de duras polémicas y estuvo ensombrecido por el hecho de que varios participantes no pudieron llegar, al ser detenidos en diversos aeropuertos en su tránsito hacia Panamá. Una mujer, por ejemplo, fue detenida en Bruselas tres días a pesar de las garantías de entrada en Panamá; Bélgica temía su deportación y la posterior petición del estatus de refugiada.
Uno de los asuntos discutidos fue que algunos de los organizadores de la Conferencia Mundial Contra el Racismo, en Durban (Suráfrica), el próximo agosto, fueron acusados de racismo y violaciones de los derechos humanos.
Además, empresas privadas fueron criticadas por una mala inversión de sus recursos financieros a expensas de los pueblos indígenas de África.
Africanos y afroamericanos Por ejemplo, de acuerdo con una nota de prensa emitida por los organizadores, existen fuertes inversiones para reparar los daños por la esclavitud de los afroamericanos de Estados Unidos, en lugar de inversiones en el desarrollo socioeconómico de los africanos, que viven en condiciones de pobreza total y tiene que pagar la deuda externa. "Irónicamente", dice el comunicado, "mientras grupos de afroamericanos se disponen a volar a Durban en jets patrocinados por el Gobierno estadounidense y el sector privado para discutir las reparaciones por esclavitud, los africanos no podran pagar los costos del transporte para participar en la conferencia que se llevara a cabo en su casa".
El enfoque de la agenda hacia "las reparaciones por esclavitud" se ha entendido aquí como un intento de desviar la atención de necesidades más apremiantes, como el reconocimiento de los pueblos indígenas como tales, los abusos de sus Derechos Humanos y la descolonialización.
Los participantes apoyaron los esfuerzos dirigidos a promover cambios lingüísticos, como la inclusión de la expresión "pueblos indígenas" en las declaraciones que se efectúen. También, se quejaron de que, pese a décadas de deliberaciones, muchos Gobiernos niegan que los derechos de los pueblos indígenas existan, y prefieren referirse a ellos como "minorías étnicas", o incluso como "refugiados". La misma Declaración de los Derechos Humanos, según los organizadores, reconoce la existencia de "personas autogobernadas", pero no la expresión "pueblos indígenas".
"El rechazo de los Estados para otorgar derechos plenos e incondicionales de propia determinación refleja el grado de racismo", dijo Mililani Trask, una hawaiana del comité directivo de la Conferencia del Milenio. A pesar de que los pueblos indígenas están capacitados para defenderse, dijo Trask, al no estar reconocidos como grupo legítimo, su voz está marginada en foros internacionales como, por ejemplo, en la próxima Conferencia Mundial Contra el Racismo.
Esta agenda de temas se discutirá del 21 de mayo al 1 de junio próximos en la sede de Naciones Unidas en Ginebra (Suiza), durante la reunión preparatoria para la Conferencia Durban.
La organización de la Conferencia de Panamá ha estado a cargo de la Asociación Napguana de Panamá. en colaboración con el Centro Holandés para los Pueblos Indígenas (NCIV-Nederlands Centrum Voor Inheemese Volken). La Asociación Napguana es una organización no gubernamental indígena creada en 1991 por miembros de la etnia panameña kuna.
Esta primera Conferencia del Milenio de los Pueblos Indígenas reunió a unos 150 representantes de más de 50 países. De acuerdo con los organizadores, en abril de 1999, la ONU se negó a subvencionar un foro para evaluar la situación de los pueblos indígenas. Sin embargo, en vez de abandonar la idea, el Comité de Gestión Internacional de Pueblos Indígenas, en colaboración con el Centro Holandés para los Pueblos Indígenas, logró interesar a algunos líderes indígenas y Gobiernos para financiar la Conferencia de Panama.
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