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El 'sapo' Cavallo

Una de los más cercanos miembros del equipo económico de Domingo Cavallo, decía a EL PAÍS: "Mire, véalo así, a Cavallo le han pedido que se haga cargo del ministerio de Economía en medio de una crisis muy grave y su incorporación al Gobierno ha sido un sapo muy grande que se han tenido que tragar algunos sectores de la Alianza, que no pueden superar el odio que le tienen y desean que fracase en su gestión. Incluso han hecho todo lo posible para impedir la buena relación que había entablado con el ex presidente Raúl Alfonsín. Pero le aseguro que no está disputando nada. Sólo trata de conseguir más apoyo político. Trabaja y hace trabajar a todos a su ritmo. Fue, es y será así. Se lleva mejor con De la Rúa, a quien conoce desde hace más de 20 años, que con Menem cuando fue ministro de su Gobierno. Claro que todos estos rumores, las declaraciones de dirigentes del radicalismo como el senador Moreau y ultra delaruistas que se dicen amigos del presidente, como Santibáñez, el ex secretario de inteligencia del Gobierno, sumadas a las encuestas inducidas, las operaciones de prensa y los comentarios o rumores, pueden terminar afectando la necesaria cohesión del equipo de Gobierno. Pero Cavallo siempre informa primero al presidente, consulta con él y no deja de aclarar que todo lo hace según directivas del presidente. El problema también es que aquí todos están mirando la Economía y no hay protagonismo de los otros ministros".

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¿Quién manda aquí?

El licenciado Luis Sthulman, miembro del equipo de comunicación que asesora al presidente, dice que la sociedad "le asignó a Cavallo el rol de piloto de tormenta, no el de capitán de barco. De la Rúa ahora está mejor de ánimo y más cómodo en su rol".

El regreso de De la Rúa a su mejor perfil no tiene que ver sólo con que es Cavallo quien lleva la carga más pesada. El presidente tuvo muy en cuenta las observaciones que un amigo suyo, experto en comunicación, le hizo llegar por escrito sobre el fracaso en el intento de "cambio de imagen" sugerido por el llamado grupo sushi, una pandilla de jóvenes dedicados al marketting y la publicidad, que lideraba su hijo Antonio De la Rúa hasta que inició su romance con la cantante colombiana Shakira.

Luego de pasar varios papelones públicos, como el de intervenir en populares programas cómicos de la televisión o el de tratar de demostrar autoridad golpeando la mesa a petición del conductor en un programa periodístico, De la Rúa aplica nuevamente la táctica que le llevó a ser el único candidato posible en las últimas elecciones y que consiste sólo en callar y esperar, aunque todos digan que así es muy "aburrido".

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