'Berlusconi tiene un poder estremecedor sobre los medios de comunicación'
A sus 76 años, el politólogo y sociólogo italiano Giovanni Sartori es una voz sin miedo en la denuncia de la amenaza para la libertad que supondría la victoria electoral de Berlusconi.
Pregunta. Silvio Berlusconi dice que hay una conjura internacional de la prensa contra él.
Respuesta. Es absurdo. Es la manía, la paranoia del que ve complots por todas partes. En todo caso, habría una conjura internacional para defender a Berlusconi: le defienden los diarios y los políticos con los que mantiene relaciones; si hay conjura, es a su favor.
P. ¿Le hacen caso los italianos?
R. Por desgracia, la teoría del compló siempre da resultado. Desde que el mundo es mundo, existe la explicación de la conjura: explica todo porque no explica nada. Es falsa, pero fácil. No sé si queda herido el orgullo de parte de los italianos, porque son los medios de comunicación los que crean esta sensación de opinión pública irritada. Los medios controlados por Berlusconi inflan esta supuesta irritación, y él controla el 80% del mensaje.
P. El 80% es peligroso, ¿no?
R. Peligrosísimo. Tiene toda la televisión privada, y la pública está paralizada a la espera de lo que vaya a ocurrir. Tiene Il Giornale, un diario importante, muy bien hecho. Oficialmente no es suyo: la propiedad es de su hermano. ¡De risa! Tiene Mondadori, la mayor editorial italiana. Tiene Panorama, una de los dos grandes revistas; controla la publicidad. Y tiene muchas más ramificaciones. En fin, un poder estremecedor que sólo encuentra, en la izquierda, la resistencia del diario La Repubblica y de la revista Espresso. Y, hasta ahora, de dos periódicos más o menos independientes, La Stampa y Il Corriere della Sera, pero hay motivos de preocupación, porque están dando la sensación de ceder a la prepotencia de Berlusconi. Espero que no lo hagan, espero equivocarme. En todo caso, es difícil que ahora alguien critique a Berlusconi en Italia.
P. Y si gana, más difícil.
R. Si gana, imagínese. ¿Quién va a criticarle? Desde fuera no se puede decir nada, por que se ofende a los italianos. Y en Italia... ¡Dígame usted qué situación es ésta!
P. ¿Se corre el riesgo de una dictadura democrática?
R. No sé muy bien qué quiere decir eso. ¿Hablamos de una dictadura legitimada por el voto popular? Por ahora es demasiado hablar de dictadura. Quiero ser cauto. Pero es muy preocupante, porque se apaga la libertad de crítica, elemento fundamental de una democracia. Es muy grave. Yo creo que a Berlusconi le encanta ser el amo no sólo de sus empresas, sino de la empresa Italia, pero no ser un dictador. Lo que sí consigue es sofocar cualquier voz de disenso, y eso es grave.
P. Por qué los italianos no se rebelan?
R. Porque él controla el mensaje. Los italianos no son políglotas: leen prensa italiana, escuchan medios italianos. Si este mensaje esta condicionado al 80% por Berlusconi, las voces en contra no llegan al gran público.Yo lucho desde hace tres años para denunciar este conflicto de intereses. Es un conflicto gigantesco, como el Everest de grande. Es intolerable en cualquier sistema democratico.
P. ¿Y qué hace la izquierda?
R. Esta en crisis, sobre todo la de origen comunista. Ha perdido su identidad, sus puntos de referencia. No sabe muy bien qué es hacer una política de izquierda. La política de izquierda, perdida la ideología, se convierte sólo en una política de gastos, política que está determinada por la globalización
P. ¿Y qué pasa si gana?
R. No tengo miedo. Pero bajo Berlusconi habrá una democracia anquilosada, muy enferma, porque estará controlada por el poder extraordinario de una sola persona.
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