El trasvase pasa factura al PP en Tortosa

El alcalde, el socialista Joan Sabaté, formará seguramente mayoría con los tres ex populares y un republicano. CiU -con seis ediles- y PP -con tres- estarán juntos en la oposición.

Los tres ediles que han abandonado el Grupo Popular coincidieron en las razones que les han obligado a dar este paso: su disconformidad con el voto de censura del PP a la plataforma de defensa del Ebro en el pleno municipal del pasado lunes. Los tres consideran que la formación conservadora ha incumplido el Contrato por Tortosa, suscrito con el PSC tras las elecciones municipales, que establecía 'la defensa innegociable de los recursos naturales del territorio y especialmente del agua del Ebro'.

Franquet, cabeza de lista por el PP en los comicios). locales, ayer fue más allá y oficializó su oferta a los socialistas para constituir una nueva mayoría que agrupe a los partidos antitrasvase del Ayuntamiento. A su juicio, un nuevo gobierno que tenga 'una conciencia antitrasvase clarísima y que exija una política sin engaños e inequívoca contraria al PHN'.

Los tres concejales celebraron por la mañana una reunión con el alcalde de Tortosa, sobre el que crípticamente afirmaron: 'Ya se pueden imaginar lo que piensa, sobre todo teniendo en cuenta otros acuerdos que se firmaron sin su aquiescencia'. Franquet se refería a la posibilidad de que el PP y CiU hubieran llegado a un acuerdo para presentar una moción de censura contra Sabaté, que incluso, como se comentaba en los mentideros tortosinos, ya tenía un día fijado para su presentación.

La baja de los tres concejales imposibilita ahora la moción de censura al alcalde. Franquet, ante la indecisión de otros concejales todavía en CiU y el PP, aseguró que el Grupo Mixto mantiene sus puertas abiertas para todo aquel 'que quiera trabajar por la ciudad con posturas claramente antitrasvase'. Entre otros se apunta el nombre de la concejal del PP Ana de Pablo, que asistió al plenario municipal con evidentes gestos de disgusto y que ha participado en las manifestaciones contrarias al PHN, y el del concejal de CiU Vicenç Lluesma, en parecida situación.

A Cardús, que ya ha pasado al Grupo Mixto, y a Lluesma, que se encuentra en sus puertas, les unen antiguas correrías transfuguistas. Cardús militó en Convergència y fue presidente del Consejo Comarcal del Baix Ebre antes de presentarse por el PP. Lluesma, en cambio, ahora milita en Convergència y antes lo hizo en el PP, tras ser concejal por el tercio familiar.

Joan Sabaté se mostró ayer muy prudente y recordó que el pacto de gobierno con el PP se mantiene vigente por ahora, aunque la minoría actual le obliga a abrir conversaciones con todas las formaciones municipales para dotar su mandato de mayor estabilidad.

La nueva situación divide ahora en dos bloques al Ayuntamiento: los 11 concejales antitrasvase (siete del PSC, los tres ex conservadores y uno de ERC) y los , de momento, 10 protrasvase (del PP y CiU).

El concejal republicano Lluís Martín Santos se mostró ayer prudente, aunque, dada la postura de su partido contraria al PHN, ya aseguró que no daría su apoyo ni a CiU ni al PP, y recordó que la decisión de entrar en el gobierno municipal requiere la conformidad de la asamblea local de militantes. Joan Sabaté, por su parte, prevé que en un plazo entre cinco y siete días la capital del Baix Ebre disponga de un consistorio estable.

El Partido Popular y CiU mantuvieron ayer un discreto silencio, pese a que los primeros tenían anunciada una conferencia de prensa. El diputado conservador en el Congreso Francesc Ricomà se limitó a reclamar un cierre de filas puesto que 'ahora no es el momento de renuncias, sino el de explicar el PHN en la zona'. El presidente del partido en Cataluña, Alberto Fernández Díaz, declinó en Madrid cualquer comentario al respecto.

La convulsión del consistorio de Tortosa supondrá asimismo cambios en el equipo del Consejo Comarcal del Baix Ebre. El acuerdo entre el PP y el PSC, tras los comicios municipales, comprendía un reparto de cargos entre las dos formaciones: la alcaldía de Tortosa para los socialistas y la presidencia del consejo para los conservadores. Es de prever que los populares, bien acogiéndose a la ley antitránsfugas, bien por la ruptura previsible con los socialistas, reclamen un cambio en la presidencia.