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Pepe Habichuela lleva hoy al Womad su fusión con los violines indios

Los tambores de Ben Badoo abrieron el fuego

Habichuela ultimaba ayer en Madrid los ensayos con los cuatro músicos hindúes que colaboran en el espectáculo que presenta esta noche en Cáceres; el día 12, en el Palau de la Música de Barcelona; y el 14, en Múnich.

El guitarrista está encantado con la siguiriya, la rumba, los tanguillos y la bulería surgidas de la colaboración con sus amigos indios, comandados por el indio-británico Nitin Sawney y el violinista Nandru, en una aventura que dura ya un año y ha pasado por Bélgica, Holanda y Londres.

Bollywod es la forma en que se denomina a la potente industria cinematográfica india que tiene su capital en Bombay, aunque Pepe Habichuela titulará finalmente Hierbabuena al disco que graba con Nuevos Medios, tratando de reflejar también las colaboraciones de Enrique Morente y de su hijo Josemi, de Ketama.

Mientras, los tambores de Ben Baddoo dieron el pistoletazo de salida ayer al Womad 2001. Este maestro de la percusión, investigador de la música tradicional de Ghana, es uno de los grandes reclamos populares del festival que promueve Peter Gabriel y que por décimo año consecutivo se celebra en la ciudad extremeña. Eran las once de la mañana y se iniciaban cuatro jornadas de músicas y ritmos con evocación de los cinco continentes, aunque en esta edición la gran protagonista es África.

'Esto vuelve a parecerse al Womad de siempre', decía Antonio, un fiel seguidor del festival, al apurar un café en una terraza de la plaza Mayor mientras aguardaba a que dieran las once de la mañana para ir a ver a su hijo al taller de Gavin Lombo y Lucy Wheeler, dos músicos de samba asentados desde hace años en el Reino Unido y que trabajan con niños, a los que enseñan a construir y tocar instrumentos hechos con diversos materiales.

La alabanza de Antonio venía dada porque el Womad recupera en parte, sólo en parte, el escenario de la villa medieval, aunque para ello la organización haya tenido que programar la cita de este año en días laborables con el fin de evitar una presencia multitudinaria de seguidores. 'Lo mejor es la recuperación parcial del casco histórico', apuntaba también Isidro Timón, director del Consorcio Gran Teatro, una de las instituciones promotoras del certamen.

Las previsiones indican un Womad pasado por agua y con temperatura más otoñal que primaveral. Antes de que Ben Baddoo, Gavin Lombo y Lucy Wheeler abrieran sus talleres, decenas de jóvenes se apostaban en las escalinatas de la plaza de San Jorge tocando sus jumbe, sin duda el instrumento referente del Womad, un sonido que se repite machaconamente en cada rincón de la ciudad, con grupos de adolescentes convertidos en improvisados músicos.

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