Cuidado con los suplementos dietéticos
Aunque el cuerpo humano produce de forma natural los metabolitos de la nandrolona que sirven para considerar positivo un análisis, los límites mínimos de concentración fijados por la normativa antidopaje (2 nanogramos por mililitro de orina en el caso de los hombres y 5 en el de las mujeres) son tan generosos (la media de producción propia se mueve entre 0,2 y 0,5 nanogramos por mililitro) que está científicamente probado, publicado y argumentado que un resultado superior a esas cifras descarta cualquier posibilidad de producción endógena.
Ello, de todas maneras, no es prueba de que el deportista se haya dopado voluntariamente. La sustancia prohibida puede haber llegado a su cuerpo inadvertidamente, lo que no significa, de todas maneras, que el deportista no se beneficie por ello de los efectos anabolizantes derivados de su consumo.
Hace un año, a raíz de la repentina detección de varios positivos por nandrolona en el atletismo británico, la IAAF puso en marcha un proyecto para investigar el papel de los suplementos dietéticos y de los preparados de herbolario en el dopaje. Aunque sus trabajos no han terminado, desde entonces hemos conocido algunas cosas.
La mayoría de los preparados dietéticos que se encuentran en el mercado no están sometidos a ninguna regulación sanitaria ni control de calidad por las autoridades farmacéuticas.
Debido a las deficiencias en su proceso de elaboración, estos suplementos, vitaminas, grasas, minerales y aminoácidos como la creatina, cuyo uso se ha multiplicado en el deporte mundial, pueden sufrir una contaminación inadvertida con productos prohibidos. Así, ha habido casos de preparados de hierro oral contaminados con anabolizantes debido a que estaban elaborados a partir de hígados de vacas que, a su vez, habían sido dopadas por el ganadero.
También se han dado casos en los que el fabricante introduce fraudulentamente y con mala intención, sin advertirlo en la etiqueta, sustancias anabolizantes en el aparentemente inocuo suplemento. Con ello consigue una adicción y entrega absoluta del deportista, que lo considera un preparado milagro cuando en realidad está tomando bicarbonato con nandrolona.
En otras ocasiones, el fabricante no introduce nandrolona, sino precursores de la nandrolona, sustancias que se transforman en nandrolona en el cuerpo. Algunos fabricantes incluso indican que esos precursores no están prohibidos, provocando el error del deportista que los consume.
Juan Manuel Alonso es director de los servicios médicos de la Federación Española de Atletismo.
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