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El PP advierte a CiU que es incompatible insultarle y esperar su apoyo parlamentario

El portavoz convergente asegura que habrá continuidad

El cruce de acusaciones de nacionalismo excluyente que se lanzan en las últimas semanas los dirigentes de CiU y del PP llevó ayer a Alberto Fernández Díaz, presidente de PP de Cataluña, a elevar un punto el tono de sus amenazas al Gobierno de Jordi Pujol. 'Es incompatible insultar al PP y después esperar que le vote en el Parlament', advirtió Fernández.

El grupo parlamentario del PP examinó ayer el estado de sus relaciones con el Gobierno catalán y llegó a la conclusión de que, en vista de los continuos choques entre ambas fuerzas, es hora de una clarificación. Sin embargo, decidió también dejar la iniciativa en manos de Pujol. 'Invitamos a CiU a que sea congruente con lo que dice y actúe en consecuencia', dijo el presidente del PP catalán. Si CiU cree que el PP es una formación excluyente, añadió, lo que debe hacer es excluirle de sus relaciones. En el debate interno llevado a cabo en el grupo parlamentario del PP quedó claro que no se trata de retirar el apoyo al Gobierno de Pujol, pese a que algún diputado se mostró partidario de ir más allá de la mera advertencia verbal.

El portavoz de CiU, Ramon Camp, se mostró convencido de que la alianza parlamentaria con el PP continuará.

El grupo parlamentario del PP dedicó ayer su reunión semanal a examinar el estado de las relaciones con CiU y el Gobierno de Jordi Pujol, deterioradas por los cruces de acusaciones de 'nacionalismo excluyente' que ambas formaciones se lanzan. El resultado fue, una vez más, una mezcla de advertencias amenazantes y ratificación de su alianza.

Pero con un cierto deje de amargura. Más subido que en otras ocasiones. Fernández Díaz advirtió ayer a Pujol que 'es incompatible insultar al PP y después esperar que le vote en el Parlament'. Pero el dirigente del PP no extrajo la consecuencia política lógica de ese razonamiento: dejar de apoyar al Gobierno catalán. Dejó esa responsabilidad en manos de Pujol. 'Invitamos al Gobierno de CiU a que sea congruente con lo que dice y actúe en consecuencia'. El PP no pondrá ningún obstáculo, añadió 'a una separación de mutuo acuerdo' entre ambos.

Esta vez Fernández Díaz no acompañó sus críticas a CiU con puyas dirigidas a Pasqual Maragall, como hace habitualmente. Al revés, anunció que lo más probable es que en los próximos días se produzca en el Parlament coincidencias muy amplias a las que CiU tendrá que sumarse si no quiere ser derrotada. Adelantó que el PP desbloqueará en la Junta de Portavoces el debate sobre si se crea o no una comisión de investigación parlamentaria del caso Turismo. El PP prepara una arremetida a propósito del debate parlamentario de las liquidaciones presupuestarias, pero descarta votar en contra.

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La idea de CiU que Fernández transmitió no es nada halagüeña. La coalición recurre al discurso de exaltación nacionalista, dijo, para 'ocultar sus dificultades internas. Ha pasado de la bicefalia (Pujol-Duran) a la tricefalia (Pujol, Duran, Mas) y de ésta a la acefalia', sentenció.

La fórmula que CiU y PP tienen para descargar su malhumor sin romper su alianza es siempre la misma: atizarles a los socialistas. Y si esta vez Fernández Díaz no recurrió a ella, sí lo hizo el portavoz de CiU, Ramon Camp, a la hora de responderle. Los choques de CiU con el PP proceden de sus ' divergencias sobre el modelo de Estado y la política lingüística', argumentó Camp, pero inmediatamente las relativizó señalando que las concepciones del PP son compartidas por el PSOE y que estas batallas se recrudecen cada vez que hay gobiernos con mayoría absoluta en las Cortes. 'No somos nosotros quienes negamos que se haya perseguido el catalán, sino la ministra Del Castillo', dijo.

Camp explicó que el diálogo con el PP en el Parlament 'es franco y abierto', aseguró que CiU lo valora 'muy positivamente' y mostró su confianza absoluta en que continuará. No obstante, señaló también que la coalición nacionalista 'no callará' por muchas amenazas que reciba.

Alberto Fernández y la portavoz del PP, Dolors Nadal.
Alberto Fernández y la portavoz del PP, Dolors Nadal.ARDUINO VANNUCCHI

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