El Barcelona se lleva sus 'reliquias' de Wembley
El club azulgrana compró en otoño los recuerdos de la final de 1992
Ya van camino de Barcelona por carretera. Las porterías del Estadio Wembley, el banquillo donde se sentó Johann Cruyff, la barandilla del palco real y otros objetos que los jugadores del Barça tocaron el 20 de mayo de l992 cuando el dream team ganó la única Copa de Europa del club ante el Sampdoria italiano y con un gol de Ronald Koeman en el minuto 111. Hasta el metro cuadrado de césped desde el que lanzó la falta el holandés para que poco después José Ramón Alexanco alzara el gran trofeo. "Podremos recrear todos esos momentos del histórico partido en el museo del club", explicó ayer Pablo Ornaque, asesor cultural y museístico del Fútbol Club Barcelona, que compró el pasado otoño todo ello en una subasta por apenas 4,5 millones de pesetas.
Ornaque viajó a Londres para supervisar el traslado de la serie de recuerdos de Wembley. Piezas enormes como el túnel portátil de entrada al campo, la camilla de masajes o la triple hilera de 23 sillas de los suplentes que dieron quebraderos de cabeza a los encargados de subirlas al camión que anoche emprendió el regreso a Barcelona.
"Es la recompensa de un coleccionista. Las piezas bien podrían haber costado 50 millones", celebró ayer Ornaque mientras chutaba contra la portería. El asesor acudió a la subasta pública con una estrategia bien planeada y ocultó hasta el último momento el destino de sus sucesivas pujas. Su timidez a identificarse como representante del Barça, la ayuda de amigos y la ausencia de los grandes clubes ingleses en la venta de reliquias de Wembley le puso en bandeja "una ocasión única que nunca más volverá a presentarse".
"No sentimos tristeza porque no se queden en casa. Es más, estamos satisfechos de que el Barça aprecie estos objetos", apuntó Stephen Peaks, de la sociedad Wembley National Stadium.
La catedral del fútbol se desmonta sin un repuesto que crezca sobre el viejo césped. Los eventos deportivos se enfrentan a un futuro incierto en Wembley. Enlazar el proyecto con una apuesta por acercar los Juegos Olímpicos de 2012 a Londres es la propuesta más reciente de la FA que estudia junto a otras alternativas el gobierno de Tony Blair.
"Es insólito que se derribe. No hay estadio tan emblemático como Wembley. Es el Vaticano del fútbol", señaló ayer Ornaque. Su compañero de viaje, Albert Pujol, director del museo del Barça, coincide en los elogios hacia Wembley pero, ayer, no pudo ocultar su satisfacción por la colección que presentará el jueves al presidente del club, Joan Gaspart.La directiva tiene la última palabra sobre el destino de las reliquias, cuya instalación permanente junto al Nou Camp requiere la ampliación del museo. Mientras tanto, el mítico partido de la Copa de Europa del 92 se reconstruirá en una exposición temporal en un futuro no muy lejano.
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