Salgado denuncia con sus fotos 'la pobreza que genera la globalización'

'El objetivo de este trabajo es intentar provocar un debate sobre la condición social de la humanidad', afirmó Sebastião Salgado (Brasil, 1944) durante la presentación de la exposición en Barcelona. 'En los últimos 20 años hay muchas cosas que han cambiado y merece la pena recordar que lo que llamamos globalización es un sistema inventado en un momento determinado que está provocando un cambio de valores en el que sólo cuentan los productos de las sociedades desarrolladas'. El éxodo de millones de personas desde las zonas rurales a las ciudades por motivos económicos, políticos o bélicos es el tema que recorre toda la exposición.

El montaje se divide en cinco grandes apartados. El primero y más general presenta, bajo el título Emigrantes y refugiados, el esfuerzo de miles de personas para atravesar la frontera del primer mundo tanto en el estrecho de Gibraltar como en el río Grande, así como la odisea de kurdos, palestinos, afganos y kosovares para huir de masacres y persecuciones. El segundo, La tragedia africana: un continente a la deriva, incluye algunas de las imágenes más crudas e impactantes y explica la situación de los refugiados de Sudán, el genocidio de Ruanda y la situación en Angola y Mozambique.

Superpoblación

En Latinoamérica: éxodo rural, caos urbano, las fotografías reflejan lo poco que aún queda del paraíso amazónico así como la pobreza que las nuevas normas económicas originan en el campo ecuatoriano, la lucha de los campesinos zapatistas y brasileños por recuperar su dignidad y el efecto que el éxodo rural provoca en las grandes ciudades como México o São Paulo. Asia. El nuevo rostro urbano refleja la superpoblación de las ciudades asiáticas y las precarias condiciones en las que se hacinan millones de personas desde Bombay a Estambul pasando por Yakarta, Ho Chi Minh o Shanghai. Los retratos de niños realizados en 16 países, reunidos en el último apartado, titulado Niños de hoy, mujeres y hombres del nuevo siglo, cierran, con un pequeño hilo de esperanza, la exposición, que se complementa con 2 libros, 30 películas cortas y una página web (www.expoexodos.com).

Un proyecto pedagógico realizado en colaboración con la Fundación Intermón-Oxman permitirá que la exposición pueda ser visitada por 4.000 estudiantes. Además, esta tarde (auditorio La Pedrera, 19.30 horas) se inician, con una mesa redonda sobre las funciones del fotoperiodismo en la que participará Salgado, las actividades paralelas. Están previstas conferencias de la periodista de Sri Lanka Anuradha Vittachi (17 de mayo) y el escritor uruguayo Eduardo Galeano (6 de junio).

Éxodos, coproducida por la Fundación Caixa Catalunya y la Fundación Retevisión, es el fruto de un complejo operativo en el que han intervenido muchos organismos y colaboradores. En 1994, tras dejar la agencia Magnum, Salgado fundó Amazonas Images, una agencia de prensa que se dedica exclusivamente a distribuir sus fotografías. Para elaborar este trabajo, en el que invirtió siete años, contó con la colaboración de organizaciones no gubernamentales y agencias oficiales como Unicef o ANCUR. El proyecto se costea con la venta de los reportajes a revistas y periódicos al tiempo que también cuenta con el patrocinio de empresas comerciales y entidades financieras. Parte de los beneficios que se obtiene con la comercialización de las imágenes, explicó el fotógrafo, se invierte en un proyecto de regeneración ambiental en una zona de Brasil en la que, afirmó, se cuenta con el apoyo de una agencia ligada al Banco Mundial a través de un organismo brasileño.

Salgado no considera contradictoria esta relación con organismos responsables en gran parte de los procesos económicos que denuncian sus imágenes. 'Es una agencia medioambiental que tiene otra política que el Banco Mundial', afirmaba ayer. Conoce bien el organismo porque fue economista antes que fotoperiodista y, precisamente, conoció Ruanda cuando en 1971 desempeñaba un alto cargo del Banco Mundial en este país, en donde se quería implantar el cultivo masivo del té. 'El país duplicó su población entre 1971 y 1991, pero el precio de los principales productos de exportación de Ruanda, que eran el café y el té, cayeron de forma importante', recordó Salgado.

El fotógrafo se defiende también de las críticas que ha tenido en Francia -reside en París desde hace años- por el esteticismo que, pese a la crudeza de los temas, tienen sus imágenes. 'No soy artista, soy fotoperiodista', afirma. 'Pero el planeta es muy interesante y la gente es bella y digna en todas partes. Lo que pasa es que cuando tocas las conciencias, a quien atacan es al fotógrafo. Tengo esta forma de retratar, es mi estética, pero mi finalidad es hacer un documento, no un objeto artístico'. Señaló que utiliza el blanco y negro porque técnicamente es menos complicado que el color y que la imagen le permite utilizar un lenguaje universal que no necesita traducción.

Salgado no aprovecha ocasión para denunciar 'la dictadura financiera que controla el planeta' y asegura que la única manera de combatir estos efectos es la intervención directa. 'Hay que volver a introducir la política en el barrio, en la escuela, en todos los ámbitos cercanos. Tenemos que discutir en qué mundo queremos vivir dentro de 20 años'.