'Ya tenía el traje de novia, se casaban el 19 de agosto'
Toñi y Fernando, la pareja asesinada, llevaba 10 años junta y había fijado su boda para el 19 de agosto
Toñi y Fernando eran una pareja feliz. Llevaban 10 años juntos y por fin iban a casarse. Querían hacerlo en el pueblo de ella, en Tornavacas (Cáceres), donde se conocieron y adonde regresaban siempre que sus obligaciones en Madrid se lo permitían. Todas las mañanas miraban el calendario con ilusión, porque desde hace algunos meses tenían marcada en él una fecha: el 19 de agosto, día en que tenían planeado casarse. Habían elegido ya la iglesia, la parroquia de la Asunción, y apalabrado la celebración en un hostal del pueblo.
La última vez que Toñi estuvo en el pueblo fue hace dos semanas. Quería pasar unos días con sus padres y con sus cuatro hermanos. Ella era la mediana. Además, aprovechó la ocasión para cerrar los últimos detalles de su boda. 'Toñi nos contó que ya tenía el traje de novia terminado. Estaba feliz', contaba ayer, entre lágrimas, Marcos, su hermano pequeño, de 14 años, el único familiar directo que se quedó en Tornavacas a la espera de que el cadáver de Toñi regresara al pueblo para ser enterrada. '¿Qué quiere que diga de mi hermana? Era una chica muy normal, que estaba muy enamorada de su novio y que le gustaba discutir de fútbol conmigo. Yo soy del Barcelona, y ella, del Madrid, y este año a ella le tocaba ganar, y a mí, perder', explicó Marcos.
Toñi dejó el pueblo hace 10 años. 'Yo apenas he vivido con ella en casa, porque cuando conoció a Fernando se marchó a Madrid para estar cerca de él', cuenta Marcos. 'Pero siempre que podía venía a vernos', añade.
Tornavacas, un pueblo del valle del Jerte, el primero que se encuentra en la provincia de Cáceres nada más salir de la de Ávila, no tiene más de 2.000 habitantes, que viven en su inmensa mayoría del cultivo de la cereza. Ahora, debido a su belleza, la localidad ha encontrado en el turismo rural una nueva fuente de ingresos. El padre de Toñi es también agricultor, dedicado a la cereza.
Toñi siguió a Fernando
Toñi y Fernando se conocieron en Tornavacas un día en que él fue al pueblo invitado por unos amigos, primos de ella. Los amigos de la pareja cuentan que entre ellos se produjo el flechazo. Ella buscó trabajo en Madrid y se fue con él. Desde hace dos años compartían piso, una vivienda en la travesía de Getafe, en Parla.
Fernando trabajaba en la fábrica de bolsos de Samsonite en San Fernando de Henares y en sus horas libres ayudaba a niños con problemas y con pocos medios económicos. Esta labor la desarrollaba en un colegio religioso en Orcasitas. Era miembro de una familia de 10 hermanos y no tenía madre. Hasta que se marchó a Parla con su novia, había vivido en Orcasitas, en el domicilio familiar.
En el último viaje que Toñi hizo a Tornavacas contó que tenía problemas con su socio, Adalberto Gutiérrez, porque le debía dinero. Pero nadie pensó entonces que la boda en Tornavacas no se celebraría jamás.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.