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DOBLE CRIMEN EN CARABANCHEL

'Mi sobrina no quería seguir con Adalberto y tenía ya un local para instalarse por su cuenta'

Un tío de la podóloga asesinada le recomendó hace una semana que se olvidara de su socio

'Mi sobrina Toñi no quería seguir con él y ya tenía un local preparado para instalarse por su cuenta. Hace una semana, me dijo que se iba a despedir y que le iba a reclamar a Adalberto el dinero que le debía. Pero yo le dije que se olvidara del asunto', asegura Miguel Gándara, tío de la podóloga, en cuya casa vivió ésta cuando vino a estudiar a Madrid desde Tornavacas (Cáceres), donde nació.

'Después me vino el novio', continúa Gándara. 'No, Fernando, le dije. Tú no te metas ahí, que va a ser peor. 'Es que la va a pegar', me contestó él. Lo que no sé es qué hacía aquí Ramón' (el hermano de Toñi que subió con Fernando a la consulta y fue expulsado de ella por el asesino).

Desde las dos de la tarde, hora en la que los bomberos derribaron la puerta del consultorio y fue descubierto el doble crimen, la policía mantuvo acordonado durante más de cinco horas el entorno de la casa, un edificio de viviendas de alquiler con portal al Camino Viejo de Leganés, situado entre las calles de la Parra y la avenida de Oporto.

Durante todo este tiempo, además del tío de Toñi, también acudieron al escenario del crimen el padre y alguno de los 10 hermanos del fallecido Fernando Calvo, encargado en la fábrica de bolsos y maletas Samsonite, en San Fernando de Henares, y que en su tiempo libre trabajaba voluntariamente como monitor de campamentos infantiles en un colegio de religiosas.

El padre de Fernando Calvo profería gritos contra todo lo que se le ocurría, dado el estado en que se encontraba. Encarna, una hermana del fallecido, sufrió al poco de llegar un agudo ataque de nervios. La muchacha no podía tenerse en pie y no paraba de temblar. Su estado llegó a tal punto que hubo de ser atendida por facultativos del Samur.

Y es que la situación no era para menos. A lo sucedido se sumaba un ambiente de desmesurada expectación en la zona, donde la consulta del podólogo era muy popular. Quien más y quien menos había acudido alguna vez a este callista, por lo que el número de vecinos que se apostaban en el perímetro acordonado por la policía aumentaba conforme avanzaba la tarde. Otros preferían observar desde la terraza. Pero nadie callaba y todos coincidían en los cambios experimentados por el asesino desde que fue abandonado por su cónyuge.

Estaba ensimismado

'Se le veía muy mal desde hace meses. No era el mismo. Estaba como muy metido en sí mismo. Lo que más nos extrañó es que a su mujer no la volvimos a ver, y las plantas de la ventana se estaban secando', asegura una vecina de enfrente, que desconocía que la esposa le había abandonado. La dueña de una tienda de electricidad situada enfrente de la clínica también confirma lo mismo. 'Ayer mismo vino a hacer una compra y le encontré como ido, con una actitud muy extraña', relató la mujer

Mari Mar, una vecina del mismo inmueble que, como la mayoría, escuchó la disputa que precedió al crimen, aseguró que nunca había oído discusiones entre el matrimonio. 'El único ruido', dijo, 'que hacía es cuando ensayaba, a veces él solo con la batería, y otras, con una cantante y otro músico'.

Las vecinas que conocían a la esposa de Adalberto aseguran que éste era muy violento y agresivo. 'Pero a ella la hemos llegado a ver hasta con un collarín a causa de una paliza. Así que no nos extraña que decidiera irse', añaden.

Otras fuentes aseguran que la verdadera causa por la que la mujer se marchó a Uruguay fue para cuidar a su madre, enferma. 'Eso son excusas', insisten las vecinas, 'ella sabe bien la vida que ha llevado. Se fue y no quiere volver. Él la llamó, pero ella le dijo que no, que no volvía...'. 'Si hasta él creemos que estuvo una vez internado por problemas mentales', agregan.

A media tarde de ayer, tras las ventanas de la consulta podológica que van a dar a la calle de la Parra, se distinguía la silueta de los funcionarios policiales que efectuaban la inspección ocular. Junto a ellos se encontraba el titular del Juzgado del Instrucción número 9 de Madrid, que ordenó el levantamiento de los cadáveres.

Una hora más tarde, los cuerpos fueron introducidos en un furgón de los servicios fúnebres con destino al Instituto Anatómico Forense. Allí les será realizada la autopsia y hoy por la mañana serán trasladados al tanatorio del cementerio de la carretera de Toledo.

Aunque la policía da el caso por resuelto -la responsabilidad penal se extingue automáticamente con la muerte del presunto culpable-, la inspección ocular realizada por los funcionarios policiales se demoró durante cinco horas. El objetivo era establecer qué tipo de cuchillos utilizó el homicida para degollar a la pareja de novios. Al menos utilizó dos, que han sido remitidos al laboratorio de la Policía Científica para su examen.

Las fuentes policiales consultadas señalaron que también están tratando de identificar a la esposa del doble homicida, del que no existían antecedentes delictivos, pese a que el vecindario le atribuye maltratos a su cónyuge. 'Estamos comprobando si existe alguna denuncia por malos tratos en comisaría, pero no tenemos constancia'.

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