Pujol insiste en visitar el Ebro pese a las protestas que levanta

Jordi Pujol sigue siendo el blanco de las protestas de las comarcas del Ebro en Tarragona, que insiste en visitar pese a conocer lo que le espera tras el voto afirmativo de CiU al Plan Hidrológico Nacional (PHN) en el Congreso de los Diputados. Cerca de 200 personas, representantes de las cuatro plataformas contrarias al trasvase del Ebro y al mapa eólico diseñado por el Ejecutivo convergente, abuchearon ayer por la tarde en Falset (Tarragona) al presidente de la Generalitat de Cataluña, a quien gritaron: '¡Traidor!'.

'Manos arriba, esto es un trasvase', 'Menos corbatas y más conocimiento' o 'Figo, Figo' (en alusión a la marcha del jugador portugués del Barcelona al Real Madrid, percibida por muchos aficionados como un acto de traición) fueron las consignas que gritaron los manifestantes y que Pujol soportó estoicamente a la entrada al Consejo Comarcal. La llegada del presidente, además, resultó complicada tanto por la presencia de fotógrafos como por los propios miembros de seguridad del cortejo presidencial, que acabaron formando un tapón en la puerta del organismo comarcal y que obligó a Pujol a escuchar por más rato del que hubiera sido preciso los gritos de los miembros de las plataformas.

El líder nacionalista siempre ha relativizado el impacto de las concentraciones ciudadanas definiéndolas como algo 'propio del oficio'. Pujol ayer se acogió a un nuevo discurso, ensayado hace pocos días en otra visita a la zona, en el que explica que las grandes infraestructuras (el PHN, en este caso) acostumbran a suscitar animadversión popular en principio, pero que una vez realizadas acaban por demostrarse beneficiosas. El líder convergente se aferra a este discurso como tabla de salvación en la zona, en la que CiU siempre ha cosechado magníficos resultados electorales que ahora peligran por culpa del PHN.