Washington pierde su escaño en la Comisión de Derechos de la ONU

Estados Unidos perdió ayer por sorpresa su escaño en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, una organización en la que estaba presente desde que fue creada en 1947. El creciente malestar ante la reticencia norteamericana por apuntarse a temas como el tratado antiminas, el Tribunal Penal Internacional o la lucha para abaratar los fármacos contra el sida en los países menos desarrollados pesó mucho a la hora de tomar esa decisión.

En el grupo que representa a los países occidentales, y en el que debía volver a sentarse Estados Unidos, estarán ahora presentes para los próximos tres años Francia, Austria y Suecia. La comisión de la ONU se encarga de vigilar el respeto de los derechos humanos en el mundo, tiene como sede Ginebra e incluye a 530 países. Entre los que también fueron rechazados en la votación de ayer figuran Irán y Azerbaiyán.

'Tenían que haberlo previsto', comentó ayer Joanna Weschler, de la organización Human Rights Watch; 'el resentimiento ha ido creciendo a medida que los norteamericanos han votado en contra de cuestiones tan sensibles como el tratado antiminas o cuando se han opuesto a la Corte Penal Internacional'.

Estados Unidos se apuntó por los pelos a esta última iniciativa poco antes del final del mandato del ex presidente Clinton, pero el actual Gobierno de George Bush ya ha asegurado que no piensa convalidar esta decisión. Los norteamericanos también crearon disensiones en el seno de la Comisión por su intransigencia hacia Cuba y su relativa tolerancia hacia China.

Un diplomático occidental aseguraba ayer en declaraciones a France Presse que la ausencia de Washington no facilitará el trabajo de la Comisión. 'No puede ser realmente activa si la primera potencia no participa en ella'. La actual diplomacia norteamericana ya ha mostrado serias reticencias en cuanto a la importancia que piensa dar a la ONU en su política extranjera.