_
_
_
_
OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

A mi tierra, a mis gentes de Fuengirola

En 1841 (hace 160 años), nace el municipio de Fuengirola, emancipado del núcleo de Mijas. Nace partiendo de una venta situada en lo que hoy es la plaza de la Constitución. Nace de hombres y mujeres que tenían el convencimiento de la prosperidad de esta zona y de su desarrollo, y con una perspectiva de futuro en el quehacer de sus conciudadanos.

Fueron años de esfuerzo para ir constrendo una ciudad moderna, atractiva, cosmopolita y vanguardista, inmersa en sus raíces.

Pero por esos tiempos nací yo, sin conocer la identidad de mis padres ni la de mis familiares más cercanos, sin saber ni siquiera mi nombre. Solo, con el silencio de la noche, rememoraba lo acontecido durante el día, hombres y mujeres van y vienen, niños correteando a mí alrededor llenos de entusiasmo y alegría con sus juegos. Niños que marcharon a la guerra, mujeres que lloraban a sus muertos, hombres que penaban por no poder salir a la mar, y yo, impasible y mudo, nada podía hacer para llenar de felicidad a los desamparados.

Solo, de mi sombra se cobijaban del radiante sol del estío, solo, y en mis ramas sentía la piel de aquel niño que gustoso se mecía.

Corazones de punta fina mis entrañas recogía, de las manos de los hombres a un nombre de mujer que orgulloso se sentía. Manos cansadas y sudorosas por la labor de la tierra arada, por la tira de la trilla.

Y veo pasar el tiempo, los niños ya no vuelven, los mayores se han marchado, pero yo sigo, mudo y silencioso contemplando la transformación de mi alrededor.

Mi plaza, de la Constitución, se llamó de Castelar y después de La República y posteriormente del generalísimo Franco, y yo, mudo y silencioso nada decía.

Varios años pasaron y de la Constitución volvieron a llamarle, y yo, mudo y silencioso nada decía. Y miraba hacia el cielo para recordar a aquellos niños que en mi tronco dibujaban lo más profundo de sus almas. La tierra se vuelve cemento, y yo callo, mudo y silencioso, mi alrededor es diferente, mis gentes hablan otros idiomas, pero yo silencioso y mudo acepto el devenir del progreso.

Pero digo: quiero vivir, quiero seguir aquí, ya no callo, ya no soy mudo, rompo mi silencio, quiero seguir viendo niños, mayores, hombres y mujeres, ya sé mi nombre, conozco a mis familiares, yo soy Fuengirola, yo soy el árbol de las pelotillas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_