Manu Chao saca el lado positivo de 'Clandestino' en su nuevo disco

'¿La esperanza? Es la única salida. El mundo está jodido, pero sin esperanza no hay nada. No sé si es una utopía o si es algo viable, pero la otra salida es el nihilismo y yo no puedo reducirme a eso'. Así explica Manu Chao el título de su nuevo trabajo.

Tenía preparado Próxima estación: Esperanza desde hace año y medio, pero este mochilero de la música decidió hacer un intervalo e ir de gira, a su manera, por América Latina. 'Faltaban las mezclas, el collage que hace que una canción se funda con la otra, que es lo que más me gusta del estudio', dice. 'El álbum incluirá 17 cortes, aunque esa palabra es quizá poco apropiada. 'No son una serie de canciones, sino una sola. Es muy parecido a Clandestino, soy el primero en darme cuenta', admite, ante la pregunta de si éste no le parece repetitivo respecto al anterior. 'Es su hermanita menor'.

La selección de temas para este disco ha sido más sencilla que en Clandestino, para el que usaron una peculiar forma de hacerlo. 'Llegamos a sentirnos muy confundidos. Entonces llamamos a un comité de censura formado por tres niños de cuatro, seis y ocho años que vinieron varios días a los ensayos. Si se aburrían con un tema, lo cambiábamos. Esta vez nos sentimos capaces de elegirlos nosotros mismos'.

Radio Bemba

Ahora que el estudio ha quedado atrás, Manu Chao está metido de lleno con su banda, Radio Bemba.'Llamamos Radio Bemba a todo lo que hacemos con este colectivo. En el Caribe decir radio bemba es hablar de lo que se comenta de boca en boca. Es así como se vendió Clandestino. Si hubo una fuerza de marketing detrás fue la de la propia gente que se pasó el disco de mano en mano', explica.

'Hace tiempo que tenía en la cabeza el once ideal. El día que encontré a todos disponibles los junté', dice. 'El peligro de formar una banda antes de mezclar es que te entran deseos de cambiarlo todo. Tal vez el próximo disco lo haga con ellos', continúa.

La gira europea no está prevista hasta agosto o septiembre. 'No hay mucha relación entre el disco y el directo. Es una tontería intentar presentar en el escenario el disco tal como ha salido del estudio y viceversa. Pierdes posibilidades. Son dos universos distintos'.

El ex lider de Mano Negra se siente algo incómodo con la mitificación que se hace de él. Sus canciones de denuncia, su política de rebajar al máximo el precio de las entradas, sus apariciones y desapariciones, su interés por mezclarse con la gente de a pie y rechazar el divismo de los triunfadores del rock, lo engrandecen a ojos de muchos. 'Intento que eso no crezca, es mucha responsabilidad. En América Latina, antes de cada concierto hacíamos una rueda de prensa y la mayor parte de las preguntas eran de política, no de música. La gente se tomó el disco muy en serio. Es una responsabilidad que no rechazo, pero yo no soy nadie. Sólo le doy esperanza a la gente que quiere cambiar las cosas'.

La reciente Ley de Extranjería también mereció sus comentarios. 'Hace dos años y medio que vivo en Barcelona, en el barrio gótico, con gente sin papeles. Antes podías ir por ahí sin que te detuvieran por el delito de tu cara, del color de tu piel. Ahora ya no es así, es como en Francia. Están con una paranoia constante'.

Respecto al intercambio de música por Internet, como el de Napster, también fue claro. 'Los discos están muy caros, es masoquismo no bajarse la música gratis. El problema es que eso afecta a los músicos que no venden mucho, a los que apenas les llega para vivir. Habría que hacer una ley para ellos. Lo de los grupos famosos que demandan a los usuarios de Napster me parece una indecencia'.