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Entrevista:JOAQUÍN ACHÚCARRO | PIANISTA

'Mozart sigue subiendo en la bolsa de la música'

A Joaquín Achúcarro, hace apenas unas semanas, un médico de Dallas (Tejas), ciudad que le acaba de nombrar personaje del año y en la que tiene una cátedra de piano en la Southern Methodist University, le dijo que podía entrar en los marines. Pero en vez de montarse en un caza rumbo a Taiwan, a buscarles las cosquillas a los chinos, el pianista bilbaíno, de 68 años, con flequillo blanco, sonrisa socarrona y ojos azules de estrella de cine, voló rumbo a Madrid, donde ha establecido su cuartel en el Auditorio Nacional. Allí toca desde ayer y hasta mañana, junto a la Orquesta Nacional, el Concierto número 4 de Rachmanínov; allí también dará un recital el martes próximo e interpretará, los próximos días 8 y 9 de mayo, los cinco conciertos para piano y orquesta de Beethoven. 'No creo que haya un pianista español que interprete ocho conciertos diferentes en tan poco tiempo', cuenta.

Además, el músico acaba de presentar su disco sobre Ravel, un músico al que admira desde siempre. 'Es una grabación que llevo preparando 50 años'. Son los mismos que lleva colaborando con la Orquesta Nacional, algo de lo que se da cuenta en el momento. '¡Pero si hago ahora las bodas de oro con la orquesta!', cae. 'Se lo voy a anunciar', dice mientras sale por la puerta.

'Con los años, yo veo el valor de los compositores como la bolsa. Hay valores seguros siempre: Bach, Mozart, Beethoven, Brahms, Chopin', afirma. Y repara en el salzburgués eterno. 'Mozart sigue subiendo y mira que ha hecho ampliaciones de capital, pero está en alza. Es algo que no te explicas, pero gusta cada día más, su música sigue resultando cada vez más y más fascinante'.

El secreto de ese talento sobrenatural no le ha sido desvelado a Achúcarro todavía, pese a haber colaborado ya con 317 directores y 202 orquestas en su carrera. Vamos, que le gusta trabajar en equipo y no encerrarse en sí mismo, lo contrario de muchos pianistas con experiencia, que no soportan a nadie que les dé órdenes, ni que les organice. 'Yo disfruto mucho con los conciertos'. Luego pasa a presumir de humilde, con segundas. 'Es que yo soy un músico de perfil bajo, porque cuando pasas al nivel alto, te empiezan a aparecer enemigos por todas partes'. Cuando se le recuerda el año que le queda por delante, con muchos de sus 80 compromisos anuales por cumplir, comenta con ese deje del mismo centro de Bilbao, que no ha perdido: 'Soy un joven con mucho futuro; cuando crezca, van a ver'. En el camino le ayudarán su página web (achucarro.com) y su cachondeo permanente ante las fatalidades. 'La ley de Murphy, ya sabes, la que postula que las tostadas, cuando caen, lo hacen siempre del lado de la mantequilla. Cuando me toca, la acepto', se resigna.

Joaquín Achúcarro, ayer en Madrid.
Joaquín Achúcarro, ayer en Madrid.GORKA LEJARCEGI

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