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Columna
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La obsesión por Mayor Oreja

El candidato del Partido Popular se ha convertido en el centro de la campaña

Soledad Gallego-Díaz

Para bien o para mal, la campaña electoral vasca ha encontrado desde el primer día en Jaime Mayor Oreja su principal centro de atención. Salvo los socialistas, que procuran ignorarlo, todos los demás políticos vascos no pronuncian cuatro palabras seguidas sin que salga a relucir el nombre del candidato del Partido Popular. Sus correligionarios, porque creen que su imagen de firmeza terminará atrayendo un voto que todavía no se ha movilizado; y sus contrincantes, porque quieren simbolizar en él todo lo que les irrita y porque creen que hay que explotar al máximo su historial de ministro 'de Madrid', encargado, además, de la lucha antiterrorista.

Unos y otros llevan su obsesión hasta el paroxismo, aunque quizás el partido que ha plasmado mejor esa fijación con Mayor Oreja haya sido Izquierda Unida, con un cartel que comenzó a aparecer ayer en las calles de Bilbao y San Sebastián: sobre un fondo blanco, unas pocas alubias rojas y un lema en letras muy grandes: 'Órdago a Mayor'.

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El cartel de IU ha borrado casi la polémica que se había planteado en torno a las vallas de EH en las que el vientre de una mujer embarazada anunciaba el futuro nacimiento de un nuevo país. Además, Euskal Herritarrok ha empezado a sustituirlas por un nuevo cartel, con el niño ya nacido. Se trata de un bebé elegido, según algunos expertos publicitarios, con el principal requisito de que fuera 'neutro'; es decir, ni muy rubio ni muy moreno ni claramente niño ni claramente niña.

Las campañas del PP y del PSOE son menos llamativas, pero sorprendentemente parecidas, con una utilización pareja de las fotos de sus respectivos candidatos y de lemas similares.

Al lado de la foto del candidato socialista, Nicolás Redondo, se lee: 'Cambio y libertad'. Junto a la de Mayor Oreja, aparecen los lemas 'Gana la libertad' y'Ahora es posible'.

'Los dos mensajes, del PP y del PSOE, son muy parecidos, y están basados en la idea del cambio necesario y en la exigencia de liberar a Euskadi. La campaña tiene un riesgo grande para el PSOE, porque puede verse como un apoyo a la del PP', explica Álvaro Gurrea, profesor de Publicidad en la Universidad del País Vasco y socio de una agencia de creativos de Bilbao.

Gurrea, quien ha realizado multitud de anuncios institucionales en el País Vasco y que no oculta que en esta ocasión ha asesorado a Izquierda Unida, cree que buena parte de los mensajes que funcionan en esta campaña han sido preparados hace meses. 'Si fuera capaz de olvidar mis valoraciones personales, podría decir que lo mejor de la campaña del PP es que ha conseguido vincular nacionalismo y violencia, algo por lo que lucha hace meses. Y lo peor, que su candidato, pese a que ofrece una imagen de firmeza, dureza y tranquilidad, despierta la mayor indignación en un sector de la población'.

La campaña del PNV se centra en la palabra 'Sí'. Un anuncio pregunta: '¿Quieres que Euskadi se gobierne desde Euskadi'. El no está grabado sobre la bola que pisan los leones del Congreso de los Diputados de Madrid y el sobre un idílico paisaje con ovejas y caserío. El anuncio siguiente reproduce el al lado de la cara sonriente de su candidato, Juan José Ibarretxe. Y en pequeño, 'sí a la vida, al diálogo, a Euskadi, a la solidaridad y al respeto'.

La idea, según analiza Gurrea, es 'identificar el sí a Euskadi con el sí a ellos mismos'. El publicitario valora que se trate de una campaña 'en positivo', critica que incluya demasiadas cosas y recuerda que el método del sí -un bai enorme- ya fue utilizado en la campaña para aprobar el estatuto de Gernika.

Demasiado paradójico

Los únicos que no utilizan la foto de sus candidatos son EH e Izquierda Unida. En el caso de la formación independentista, no sólo porque desprecia las instituciones estatutarias y no presenta candidato a Ajuria Enea, sino también porque siempre ha preferido recurrir a imágenes simbólicas.

El anuncio de la mujer embarazada, explica Gurrea, es el más retórico que ha hecho la gente de Euskal Herritarrok hasta ahora. Se supone que ellos son la madre, a punto de dar a luz ese bebé 'neutro', ni rubio ni moreno, ni niño ni niña, que es el nuevo país. 'Lo mejor es que se trata de una imagen de impacto publicitario, con un planteamiento alternativo, y lo peor que provoca una gran reacción contraria entre quienes asocian EH a los atentados y la muerte. Es demasiado paradójico'.

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