'Al Barça le falta alegría'

El entrenamiento, las entrevistas, las fotos, el móvil... Carles Rexach ha perdido, desde que aceptó el lunes la aventura de dirigir el tumultuoso banquillo azulgrana, su proverbial y celebrada tranquilidad. No ha parado ni un segundo y parece algo agobiado. Pero luego empieza a hablar y se relaja. Hombre relativista por naturaleza, quiere quitar trascendencia a todo y, especialmente, al fútbol, del que recuerda algo que muchas veces se olvida: no es más que un juego.

Pregunta. El jueves debutó en la Copa Cataluña, ante el Gramanet, y recuperó el estilo del dream team con tres defensas y tres delanteros. ¿Qué hará ante el Celta?

Respuesta. En principio, lo mantendré. El dibujo de un equipo puedes diseñarlo de muchas formas, pero también depende de los futbolistas. Me explico: no era lo mismo jugar con Goikoetxea, Laudrup y Stoichkov que con Laudrup, Romario y Stoichkov. El dibujo salía diferente. El Barça actual puede retomar esta idea, pero con los futbolistas que tenemos no puede jugar exactamente así. Hay que buscar algún matiz para jugar con algo más de alegría y para que el equipo no quede tan partido como hasta ahora. No teníamos transición en la medular con cuatro defensas y hasta cinco delanteros. Marcábamos tres o cuatro goles, pero también recibíamos los mismos. Hay que buscar el equilibrio.

'La marcha de Figo fue un golpe y la gente ha estado demasiado pendiente de él. Pero no ha jugado en el Madrid ni la mitad de bien de como lo hizo aquí. Nuestro problema ha sido otro'

P. Pero la defensa del Barça es una de las más goleadas de la Liga. ¿No será demasiado arriesgado jugar sólo con tres hombres atrás?

R. El problema no es ése: un equipo puede formar una línea de 11 defensas y que el rival le marque tras una asistencia. La clave es la colocación de los jugadores. El Barça ha sufrido una contradicción: las grandes goleadas, como el día del Villarreal (4-4), las ha encajado con la defensa de cuatro y no de tres. El problema no es la línea, sino el sistema defensivo.

P. ¿La plantilla ha sido receptiva a este cambio táctico?

R. Los jugadores saben lo que se juegan y la importancia de salir de esta situación. Se han percatado de que la distancia que había entre ellos era demasiada grande y que la posición de algunos era muy abierta. A veces, es un problema de 10 o 20 metros. Y esta distancia en un campo de fútbol es demasiado grande.

P. ¿Sabe lo que quiere el Barça y hacia dónde va?

R. El problema del Barça son las dudas. El jugador tiende a acomodarse cuando las cosas funcionan. Y, cuando no van bien, se hace un cambio y después otro y otro y otro. Al final, ya ni recuerda el cambio que iba mejor. Los dos últimos años son un ejemplo: Van Gaal partió con tres defensas y acabó con cuatro y un doble pivote. Serra Ferrer aplicó primero un 3-2-3-2 y terminó con un 4-2-3-1. Y estos cambios no han acabado de cuajar pese a tener unas rachas de cinco o seis partidos buenos.

P. ¿Qué le falta y sobra al equipo?

R. Al Barça le falta confianza en su calidad y le sobran todas las preocupaciones extradeportivas de este año. Con la eliminación en la Liga de Campeones, la gente se despidió del año y del fútbol. Y eso no puede ser.

P. Hasta ahora era director técnico, el cargo que ocupa sin ejercerlo Llorenç Serra Ferrer. ¿Quien asume ahora esa función para planear el próximo curso?

P. Ese cargo está en suspenso. Desde que estoy en el vestuario no me he preocupado de nada más. Lo digo en serio: llevo cuatro días y sólo he tenido tiempo para entrenar y hablar con la prensa. Yo ya hecho el trabajo de planificación: solo faltan los detalles y Bakero ayudará en ello. Ya tengo bastante trabajo con los jugadores y el fútbol base. Mi misión es preparar los 11 partidos que quedan . No quiero pensar en el futuro.

P. Pero se dice que quizá el entrenador del próximo año sea un argentino [Héctor Cúper] partidario del contraataque. Serra Ferrer dice que ese estilo es para el Barça ir contra natura ¿Usted también?

R. Un equipo grande como el Barça siempre tendrá que jugar al ataque. Si quieres ganar, tienes que marcar, y más en casa. Y, si te marcan, pues aún más. Pero para eso se precisa una plantilla equilibrada para jugar ante rivales que se abran o se cierren.

P. Dice que el equipo tiene dudas. ¿El club también?

R. La institución, no, pero sí ha costado un poco resituarse tras las elecciones. Al club le falta resituarse y aposentarse: como cuando pones algo en un plato, lo mueves y esperas a que se asiente. Ha entrado mucha gente nueva que desconocía cosas del fútbol y todo se ha acusado.

P. Usted da una imagen de hombre de la casa, despreocupado y socarrón ¿Le preocupa que no se le tome en serio?

R. Esa es la fama que tengo. Yo hago mucha coña, pero, si me dicen ahora que el 7 de mayo quedamos a las siete ante la catedral, estaré allí. No hará falta que me lo recuerden. Doy la sensación de ser despistado. Pero ya me va bien.

P. ¿Cree que le ha faltado al equipo esa alegría que usted, por ejemplo, transmite?

R. Quizás. No me quiero poner trágico. En la vida nunca pasa nada. Hasta cuando uno muere, la vida sigue rodando. Es así de fácil y, si se quiere, de triste. Y yo creo que el fútbol es un juego en el que se puede ganar y perder. Si dispones de buenos futbolistas, generalmente ganas. Y estoy seguro de que los tenemos. Pero el técnico del Barça está sometido a la presión del famoso entorno. Hay que empezar ganando. Y también esta intranquilidad te ayuda a vivir.

P. ¿Es consciente de que se le puede comparar con Vicente del Bosque, el técnico del Madrid?

R. Yo le aprecio, pero he tenido una desventaja o ventaja respecto a él. Yo dejé de jugar y he estado en primera línea, con el equipo, hasta hace dos años. Han sido 27 años como jugador y técnico. Y Del Bosque se retiró y empezó en la cantera, en un segundo nivel.

P. ¿Hasta qué punto la marcha de Figo ha hecho daño al Barça?

R. Fue un golpe y la gente ha estado demasiado pendiente de él. Pero creo que no ha jugado en el Madrid ni la mitad de bien de como lo hizo aquí. Y el Barça, ofensivamente, no se ha resentido tanto [68 goles a estas alturas de la Liga frente a 63 hace un año]. Nuestro problema ha sido otro. Debemos ser más positivos y analíticos. Nadie es imprescindible.

P. ¿Cree que será un golpe para el barcelonismo si el Madrid gana la Liga y la Copa de Europa?

R. Siempre pica que a tu rival le vaya todo rodado cuando tú no vas bien. No podemos ocultarlo. Pero nosotros hemos ganado títulos y reído mucho. Y, si pasa al revés, hay que aguantarse. No me preocupa: me centro en lo nuestro.

P. El futuro apunta dos incógnitas ¿Rivaldo y Kluivert seguirán?

R. Creo que sí. Si queremos hacer un Barça grande, Rivaldo debe estar. Es uno de los grandes cracks con habilidad para golear. Gaspart ha dicho que se quedará, Rivaldo también y yo digo lo mismo. Y, pese a todo, a diario salen noticias sobre su traspaso. Eso genera dudas entre la afición y no nos ayuda demasiado. Y con Kluivert hay que llegar a un acuerdo para renovarle: está aquí y un jugador como él cuesta un dineral.

P. ¿Ve factible en un futuro la vuelta de Johan Cruyff?

R. No tengo ningún problema con él. Él hace su vida y yo la mía. Pero no volverá: no quiere y se ha apartado mucho del fútbol.