Los peronistas dicen que el 'caso Menem' es un montaje político llevado a cabo por el Frepaso

Enemigos declarados de Menem y quienes esperan la oportunidad de competir con él para desplazarlo de la conducción del partido, como los gobernadores de las poderosas provincias de Santa Fe, Córdoba, y el actual de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, los jefes de grupos parlamentarios, los caudillos provinciales -con excepción de Eduardo Duhalde, ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, y Néstor Kirchner, gobernador de la provincia patagónica de Santa Cruz y líder de la izquierda peronista- y dirigentes sindicales, todos estaban allí ayer, en el salón azul del Congreso, para refrendar con su presencia el comunicado titulado Solidaridad con el ex presidente Menem, en el que advierten:

"Nos parece extremadamente grave que se intente imputar delitos a un ex presidente elegido democráticamente en dos oportunidades sobre la base de presunciones o meras sospechas. Pretender que todo un gobierno, al ejercer sus funciones, puede constituir una asociación ilícita, es una aberración jurídica que encierra prejuicios políticos incompatibles con una sana y democrática administración de justicia. Estos hechos lanzan sospechas sobre el accionar judicial menoscaban las instituciones del país y desprestigiando a la Argentina ante el mundo. Exigimos a la Justicia que investigue hasta el final cualquier hecho supuestamente ilegal, pero teniendo en claro que la convivencia democrática y la vigencia de la libertad exigen que no se politice la justicia ni se judicialice la política".

El texto lleva implícitas amenazas que, luego de la rueda de prensa, se hicieron explícitas en las conversaciones fuera de registro. Según un portavoz del grupo de diputados menemistas, las sospechas de manipulación del expediente recaen en “gente del Frepaso,” el frente de partidos de centroizquierda que integra junto con la Unión Cívica Radical La Alianza y el Gobierno de coalición. Los peronistas acusan directamente al ex presidente Carlos Chacho Álvarez, líder del Frepaso, que renunció a su cargo en el Gobierno el pasado mes de octubre luego del escándalo por el presunto soborno a los senadores de la oposición para que aprobaran las reformas a las leyes laborales.

El fiscal Carlos Stornelli, bien visto por el peronismo cuando participó del proceso que se siguió a Amira Yoma, hermana de Emir, ex secretaria privada de Menem, por el supuesto lavado de dinero proveniente del narcotráfico, es involucrado ahora por los propios menemistas en una supuesta relación impropia de su cargo con dirigentes del Frepaso. Para el fiscal, todas estas declaraciones públicas sólo pretenden "presionar el ánimo del juez y torcer su decisión".

El "peronista" juez federal Jorge Urso, que sólo impulsó el expediente después de seis años cuando se lo ordenó el tribunal de alzada, admitió la "gravedad institucional" del caso. Las fuentes del juzgado anticiparon ayer a EL PAÍS que su decisión sobre si acepta o no el pedido del fiscal para indagar a Menem, "se va a demorar bastante". El juez espera que se alcance antes un "acuerdo político" para saber qué hacer.

La reacción del peronismo ha tensado la cuerda de las relaciones políticas hasta el máximo pero se detuvo en el límite antes de desatar una guerra sucia de acusaciones. Según sus máximos dirigentes, "si el juez lo procesa a Menem el Gobierno va a tener que responder por los delitos que cometieron varias asociaciones ilícitas durante este mandato. La que encabezaba la ministra Graciela Fernández Meijide cuando colocó a su cuñado al frente de la obra social de los jubilados, la que montó el ministro Gallo cuando le concedió por adjudicación directa una obra al cuñado de De la Rúa, y la que funciona en el portal Educar, donde está el hijo del presidente".

El desplazamiento de la expectativa hacia los acontecimientos políticos rebajó la presión sobre la economía. Los indicadores de los mercados parecían ayer retornar lentamente a su cauce. La temida destitución del presidente del Banco Central, Pedro Pou, y su reemplazo por el banquero Roque Maccarone fue bien recibida por los sectores financieros.