_
_
_
_
Elecciones en el País Vasco
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Unos comicios inservibles?

La campaña oficial arrancó a las cero horas de hoy como un engorroso y superfluo trámite que hay que pasar necesariamente para llegar al momento en que se abran las urnas el 13 de mayo. En el gesto de los candidatos se percibe más profesionalidad que entusiasmo, lo cual no es contradictorio con el aserto de que, de nuevo, estamos ante unas elecciones (esta vez también, y sobre todo) decisivas. Sucede simplemente que la campaña electoral, la oficiosa, ha sido extenuante.

Arrancó de algún modo hace catorce meses, cuando ETA forzó a Ibarretxe a romper su pacto de legislatura con Euskal Herritarrok, y a estas alturas los cabezas de cartel han dicho y se han dicho casi todo. Pese a los discursos y rituales diseñados para salir en los telediarios, existe la percepción compartida de que esta quincena final sobra, que ya está casi todo el género vendido, menos lo que de verdad importa: el pronunciamiento de los ciudadanos, que se resiste como nunca al escrutinio de los sondeos.

Avisados de que puede haber muchos votantes emboscados en el amplio queso de la indecisión, la prioridad de los candidatos y sus directores de campaña es no arriesgar y evitar resbalones. Los debates cara a cara, pues, para los yanquis. En esto Euskadi es menos diferente. A falta de sorpresas en los mensajes y las ofertas, que no se esperan a estas alturas, la atención mayoritaria ya ha saltado hasta la noche de autos. Para entretener la espera, se especula con fruición sobre los resultados posibles y las combinaciones de gobierno factibles, sin descartar las más exóticas e improbables.

El ejercicio es menos frívolo de lo que aparenta. Barajar conceptos como gobernabilidad, mayorías absolutas y suficientes, alternancia o continuismo, compatibilidad programática o estabilidad institucional después de que los ciudadanos hayan hablado, supone regresar a la realidad. La política vasca vuelve así a poner los pies en el suelo tras una prolongada excursión por el limbo del soberanismo, donde casi todos los sueños parecían realizables y gratis. ¿Quién dijo que las elecciones no iban a servir para nada?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_