Un juez para el traslado de un ficus centenario en Fuengirola

Los vecinos del pueblo lo conocen como el árbol de las pelotillas. Es un frondoso ficus de unos 150 años que trae de cabeza al equipo de gobierno de Fuengirola (Málaga). Su proyecto para construir un aparcamiento subterráneo en la Plaza de la Constitución se ha topado con sus raíces y con el rechazo de una plataforma que se opone al traslado del árbol.

Ayer una juez de la localidad dispuso la suspensión cautelar de cualquier actuación sobre el ficus. El auto judicial ordena al Ayuntamiento que no toque 'ramas, raíces y tronco' y prohíbe tanto la tala como su traslado. La resolución se basa en que cualquier daño causado al árbol podría constituir un ilícito penal porque vulneraría la legislación urbanística local.

El ficus está protegido por el PGOU que el PP aprobó en 1997. Ahora es justamente esa norma la que impide a la alcaldesa popular, Esperanza Oña, arrancar el árbol y replantarlo en otro sitio. El jueves, la Delegación de Obras Públicas ya esgrimió esa normativa para suspender la licencia municipal otorgada a la empresa Oreco SA e instar al Ayuntamiento a presentar un proyecto reformado de aparcamiento 'que proteja al ejemplar arbóreo'.

Ayer había en la plaza una decena de policías locales y cuatro furgones de la policía nacional. Y no para proteger el ficus precisamente. Los agentes llegaron bien temprano porque en cuanto los operarios municipales se acercaron al lugar, los guardianes del ficus le salieron al paso para impedir que tocaran el árbol. Hubo forcejeos, pero finalmente llegó la suspensión cautelar del juzgado y calmó los ánimos. Por la tarde, volvieron a vivirse algunos momentos de tensión porque los operarios comenzaron a abrir boquetes en torno al árbol y un miembro de la plataforma que intentó impedirlo fue detenido.

Francisa de Ley, una holandesa que lleva cuatro años viviendo en el pueblo y se opone al traslado, no salía de su asombro: 'Es ridículo; la policía, en lugar de estar protegiendo a la gente, está casi toda aquí'. Isabel Díaz, una asturiana de 42 años que vive desde los siete en Fuengirola, evocaba su infancia para cargarse de razón en su defensa del ficus: 'He crecido con este árbol. Es una cabezonería de una persona que no pudo hacerlo una vez y ahora, como tiene mayoría absoluta, vuelve a intentarlo'.

Díaz se refería a un proyecto de aparcamiento que ya existió en 1994 en la misma plaza y que no sólo no prosperó, sino que abrió fisuras en la coalición que entonces formaban populares e independientes. Aquellas diferencias acabaron con el pacto de gobierno y desalojaron a Oña de la alcaldía.

Pero ahora esta dirigente del PP ocupa el sillón municipal con mayoría absoluta. Ayer, Oña restaba representatividad a la Asociación de Comerciantes Independientes de Fuengirola (ACIF), organización integrada en la plataforma y cuya denuncia motivó la paralización cautelar. Según Oña, ACIF 'fue creada hace un mes con 60 asociados para que no se construya el aparcamiento'. La alcaldesa aseguró que las otras dos organizaciones, que agrupan a 2.500 comerciantes, están a favor del proyecto. Tras aclarar que cuatro empresas especializadas garantizan que el traslado puede hacerse con 'garantía absoluta' de que no sufrirá daños, insistió: 'No me he sacado la adjudicación de la manga. Se cumplieron los trámites y nadie impugnó la adjudicación. No puedo paralizar el progreso de la ciudad porque protesten 60 tíos, de los cuales la mitad ni siquiera son del pueblo'. Para replicar las críticas, los concentrados recordaron que en la plataforma, además de ACIF, están PSOE, IU, PA, Los Verdes, UGT, CCOO y CSIF, además de organizaciones vecinales, culturales y ecologistas.