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La incertidumbre, gran atracción del torneo Clausura

Es tan divertido seguir a los grandes equipos del fútbol argentino en el torneo Clausura de la Liga como a los chavales del barrio en los torneos escolares. La incertidumbre es la gran atracción. El poderoso River, líder de la comcpetición, empata en casa con el último. El Boca, que hasta hace no más de cuatro jornadas era el colista, ya marcha tercero.

La inestabilidad adolescente de los equipos provoca resultados tan inesperados que el River y el San Lorenzo lleguen ahora juntos a la recta final, cuando restan disputarse seis jornadas. Los del medio también suben y bajan, se hamacan, se deslizan por toboganes y vuelven a formar la fila ante la escalera para trepar nuevamente.

Los pibes se divierten como si jugaran en los baldíos y unos pocos aficionados siguen pagando entrada con la ilusión de ver a verdaderos profesionales. Los goleadores del torneo resultan ser tres enanos como Cardetti y Saviola, del River, y Bernardo Romeo, del San Lorenzo. Si estuvieron aquí Crespo, Batistuta o Palermo, estos chicos no figuraban. Pero así están las cosas y "es lo que hay", como se dice aquí. El River jugó mal porque sus pibes, los defensas centrales José María Paz -reemplazo del titular Celso Ayala- y Ariel Garcé, el centrocampista Zapata y el delantero Saviola no soportan la presión que atraviesa el club. Hay peleas de los hinchas con los directivos, de los directivos entre sí y de todos contra el entrenador Américo Gallego, que a su vez hace declaraciones imprudentes o toma decisiones equivocadas, como reemplazar a un delantero -Saviola- por un defensa cuando ganaba 3-2 y faltaban cinco minutos. Llegó el empate 3-3 y con él la reprobación de los aficionados.

Por su parte, el San Lorenzo ha recobrado el ánimo aunque no el juego. Con poco, esto es: buena voluntad, sacrificio, algo del pibe Coloccini en la defensa, del media punta Leandro Romagnoli, otro chaval, y del goleador Bernardo Romeo, llega a compartir la punta y mantiene esperanzas. Hasta es posible que la fuerza recobrada en la persecución le permita ahora un empujón final hacia el título. Todo es posible en un torneo como éste. Para resaltar la irregularidad de los equipos hay que destacar al Boca, que iba último hace cuatro semanas y ahora ya está en el tercer lugar, a ocho puntos de los líderes.

En esa búsqueda desesperada de pasión, hay que revisar la tabla de posiciones por abajo porque allí también se juega algo importante en las próximas seis jornadas. Los dos candidatos al descenso directo son el Belgrano de la provincia de Córdoba y el Los Andes. Y hay otros cuatro equipos disputando los puestos de promoción: Almagro, Argentinos Juniors, Estudiantes y Racing.

Queda por ver esta semana a la selección argentina, que juega mañana en las temidas alturas de la ciudad de La Paz, a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar. El entrenador Marcelo Bielsa, capitán del único bote que sobrevive a la inundación del fútbol argentino, soportó esta semana el bombardeo de la Lazio de Italia. Los jugadores argentinos del equipo -Simeone, Crespo y la brujita Verón- que debían estar cinco días antes en Buenos Aires, llegaron ayer, después de jugar para su equipo. Bielsa fue el único que protestó; los demás responsables parecen definitivamente ahogados en sus propias promesas.

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